Las cinco encuestas sobre el voto en la Capital Federal coinciden en que va ganando Gabriela Michetti, del PRO, pero tienen varias discrepancias. En cuatro de las cinco, el segundo lugar lo sigue ocupando Alfonso Prat Gay, del Acuerdo Cívico y Social, pero en todos esos casos Pino Solanas y Carlos Heller le pisan los talones. En la de Hugo Haime, el cineasta ocupa el segundo lugar, desplazando a Prat Gay. Pero en dos de los trabajos –el de Roberto Bacman y el de Ricardo Rouvier– Heller tiene más votos que Solanas. Lo concreto es que el escenario, al menos por ahora, muestra que el PRO va a ganar y que el resto está por decidirse. Si hay un electorado que resuelve a última hora –según coinciden los consultores– es el de la ciudad. Es el menos disciplinado a las organizaciones partidarias y el más dispuesto a cambiar de acuerdo a lo que considere.

Enrique Zuleta Puceiro resume: “El juego político obliga a barajar y dar de nuevo. Gabriela Michetti conserva, con altibajos, 32,3 de la tendencia de voto. Duplica a sus seguidores inmediatos, pero tiende a quedar muy por debajo de las mayorías conseguidas por Mauricio Macri. El debate televisivo significo un duro revés para Alfonso Prat Gay, que desciende de modo abrupto a un 16,9. Solanas y Heller ganaron en impulso y llegan con un respectivo 16,2 y 14,4 a empatar la segunda posición. Aníbal Ibarra se derrumba a un 2,1, con un nivel de indefinición ya inferior al 10. Es un escenario abierto, con grandes riesgos y oportunidades para todos. Al igual que en Buenos Aires, la variable clave es la quiebra del Acuerdo Cívico, afectado por la altísima inestabilidad de sus componentes y por errores de campaña inexplicables. Por otra parte, tanto Solanas como Heller se han beneficiado de un descenso importante de indecisos, a menos de la mitad en una semana como efecto del debate. Solanas representa incluso una opción válida para sectores de votantes, sobre todo jóvenes, que hasta ahora encontraban en Carrió un voto negativo, principista y carente de cualquier posible contenido de responsabilidad gubernativa. Esta vez, sus acuerdos con múltiples adversarios del pasado subrayan más bien el costado pragmático, sin duda una de las facetas menos consistentes de Carrió. Tanto Solanas como Heller se benefician además de sectores de izquierda que habían quedado casi sin representación en una elección muy poco ideológica, centrada exclusivamente en la personalidad y capacidad mediática de los candidatos. De todas formas, Capital volverá a ser un escenario de voto volátil y cambiante hasta el momento mismo de los comicios. Se trata de una sociedad independiente, autónoma, hiperinformada e ideológicamente ultra light. Como tal representa uno de los escenarios centrales de la nueva política”.

Para otros consultores, uno de los factores claves de esta elección es la fuerte caída de Ibarra. No está claro si el traspié del ex jefe de Gobierno tiene que ver con el caso Cromañón, con la cuestionada nota que protagonizó en Telenoche o con su desmarque del oficialismo. Lo cierto es que en ninguna de las cinco encuestas pasa de los cinco puntos y en la mayoría está en tres. Debe considerarse que, al principio de la campaña, Ibarra llegó a tener bastante más de diez puntos, pero hoy no accedería a una banca. Es obvio que de ese caudal se nutrieron Heller y Solanas.

La impresión es de final abierto. Prat Gay podría perder el segundo lugar, porque no pone distancia de Solanas y Heller. Sin embargo, es difícil que el candidato del Acuerdo Cívico consiga menos del 15 o 16 por ciento –eso le aseguraría la banca a Elisa Carrió– y todo dependerá entonces de la forma en la que Heller y Solanas seduzcan a los indecisos. Solanas recogerá del espectro opositor; Heller, el de los votos que en su momento obtuvo Daniel Filmus.