Julio Alak había ido a Olivos a ver a la Presidenta culposo, con unos gráficos explicativos sobre la situación interna en Aerolíneas pensando que le echaría en cara el conflicto que mantenía con Jorge Pérez Tamayo, dirigente sindical de los pilotos y piloto presidencial. “Ella se empezó a reír”, contó el funcionario, y le ofreció el Ministerio de Justicia. Alak pasó 16 de sus 51 años como intendente de La Plata, luego uno en Aerolíneas. Es un peronista formado en los ’80 y fue abogado de derechos humanos. Está separado y tiene tres hijos.

–¿Cómo se salta de Aerolíneas a lidiar con la policía y los jueces?

–Hay un eje conductor. Yo lo que le puedo ofrecer son muchos años de gestión pública. Dieciséis de intendente, un año en el proceso de estatización de Aerolíneas. Es un cambio fuerte en un ministerio que parecen dos, porque seguridad y justicia son dos ámbitos importantes que están muy en la agenda de los argentinos. Pero tengo confianza en que con mi experiencia, el respaldo de la Presidenta y el vínculo estrecho que tengo con Aníbal Fernández desde hace 25 años, haremos una buena gestión.