“Tan injusto fue lo que hizo (Julio) Cobos, tan de facto es la bicameral de DNU que produjo lo que ahora estamos tratando, tan, tan injusto que ahora acaba de salir el fallo que dice no innovar y dice que la senadora (Beatriz) Rojkes de Alperovich (que Cobos había desplazado de la comisión) integra la bicameral.” Con esa frase, la diputada kirchnerista Diana Conti informó en el recinto la resolución judicial del juez Enrique Lavié Pico que dio por tierra con la intención del conglomerado opositor de declarar de “nulidad absoluta” del DNU para pagar 4300 millones de dólares de deuda con reservas del Banco Central. El fallo salvó de una derrota casi segura al oficialismo en Diputados. A la oposición le costó asimilar otro revés y quiso llevarse algo en sus alforjas: fue igual por la derogación del ya anulado DNU 2010 que creaba el Fondo del Bicentenario y el rechazo al veto parcial de la Presidenta a la ley de Reforma Política. Ambos temas todavía eran discutidos al cierre de esta edición.

El fallo de Lavié Pico atravesó todo el debate parlamentario. Después de conseguir el quórum y el impulso inicial para lograr la derogación de los DNU, los bloques opositores necesitaron casi dos horas para fijar posturas y reconocer que no podrían avanzar en declararlos “nulos e insanables”. Mientras, el oficialismo quería avanzar con el resto del temario de la sesión.

El emplazamiento de la Cámara en lo Contencioso Administrativa a Lavié Pico para que se pronunciara sobre la integración de la Bicameral de Seguimiento Legislativo puso a la oposición en alerta. Los radicales Ricardo Gil Lavedra, Daniel Katz y Silvana Giúdici, el macrista Federico Pinedo, los peronistas disidentes Graciela Camaño, Enrique Thomas y Marcelo López Arias se reunieron de urgencia para analizar la situación y hasta empezaron a redactar un borrador para apelar la medida judicial. El nerviosismo también cruzaba a los kirchneristas, que apostaron todas sus fichas a una resolución judicial favorable para frenar la embestida opositora.

La discusión sobre los DNU comenzó después de que una larga lista de oradores se pronunciara contra la exploración petrolera del Reino Unido en Malvinas y de las declaraciones de solidaridad con las víctimas de los terremotos en Haití y Chile.

Sólo el radicalismo había hecho uso de la palabra cuando Conti contó sobre la resolución judicial en contra de la conformación de la Bicameral de DNU, que acababa de llegar al Congreso. El presidente de la Cámara baja llamó a un cuarto intermedio en las bancas para reunirse con los presidentes de todos los bloques y decidir si los cuestionados dictámenes deberían o no debatirse.

Para el oficialismo era claro que ya no podían tratarse. Pero las diferentes posturas dividieron aguas en la oposición. Elisa Carrió y Felipe Solá eran los más intransigentes e insistían en que había que vencer al oficialismo derogando igual los decretos. Esa propuesta no consiguió adhesiones en la mayoría de los bloques opositores. Luego propusieron continuar la embestida contra el ya derogado DNU 2010 para declararlo de “nulidad absoluta e insanable”. Esa idea tampoco entusiasmó al resto del arco opositor.

El debate entonces pasó al recinto. Camaño afirmó que la decisión judicial “no tiene efecto retroactivo” y que no se “vulneraría ninguna medida procesal” si los dictámenes igual se rechazaran. Sin embargo, terminó por reconocer que “no queremos discutir un fallo judicial” y ratificó su “respeto por lo que la justicia disponga”. Solá adhirió a sus palabras y dijo que fijaría posición “con mucha rebeldía y mucho desánimo” cuando se discutiera el resto de los DNU que quedaban en el orden del día, asumiendo que los DNU 296 y 298 que dieron origen al Fondo de Desendeudamiento quedarían afuera del debate.

Lilita no esquivó el cuerpo al debate. Adhirió a la propuesta de Camaño afirmando que el juez Lavié Pico “rechazó la nulidad de todos los actos de la Comisión Bicameral” y que sólo ordenó “reponer a Alperovich”. “Un fallo con el que estoy de acuerdo”, continuó Carrió. También reivindicó la actuación de su amigo el senador radical Gerardo Morales, quien –recordó– “intentó acordar con el oficialismo para que la comisión no fuera alterada”. Un palo también por elevación a Cobos y al resto del PJ disidente, aunque María Estenssoro –la única senadora que responde a Carrió– votó a favor de los cambios.

Carrió reclamó luego que se discutiera el uso de las reservas, afirmó que “si la señora presidente hubiera enviado un proyecto de ley en diciembre ya tendría resuelto el problema. No con nuestro apoyo, pero hubiera habido tantos... Todos los días se corre alguien”.

Gil Lavedra puso blanco sobre negro las aspiraciones opositoras. Afirmó que el fallo “no puede ser retroactivo e invalidar los actuado por la Bicameral”. Pero aseguró que Alperovich podría “impugnar ante la justicia los dictámenes de la comisión que no la incluyó”.

El jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi, fue el encargado de pasarle factura a Cobos y a la oposición en el Senado, que resolvió la modificación de la Bicameral. Luego tuvo reproches para sus pares en Diputados: “Llevaron adelante un acto de revanchismo político. En Labor Parlamentaria le pedimos una semana más para su tratamiento, sabiendo que había un recurso previo en la justicia”. “Fue un error nuestro como Cámara –siguió el santafesino– rechazar un decreto que ya fue derogado.” Y desafió a la oposición afirmando que el oficialismo está dispuesto a dar debate “en todos los temas”.

Al cierre de esta edición se trataba el rechazo al veto parcial a la ley de Reforma Política y la discusión estaba trabada en torno de si era necesaria mayoría simple, como planteaba la oposición, o dos tercios, como sostenía el oficialismo. Al rechazo también se sumaban los bloques de centroizquierda, desde Proyecto Sur hasta Encuentro que conduce el aliado oficialista Martín Sabbatella. La sesión seguiría con la derogación del DNU 2010.