Miércoles, 19 de mayo de 2010 | Hoy
- Demorados. Cristina Fernández de Kirchner no quiso ser la última esta vez. A la hora de la “foto de familia”, esa que retrata para la posteridad a todos los que participan de una cumbre, estuvo parada en el sitio indicado. De a poco se fueron arrimando todos los que debían ser retratados, pero siempre hay quien da la nota. Y en esta oportunidad no fue uno, sino tres: el español José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; y el titular de la Comisión Europea, Manuel Durao Barroso. Tardaron bastante en llegar y la Presidenta los esperó ansiosa porque eran justo los tres que debían posar a su lado.
- Ausencias. La cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea reúne a 60 países: 27 europeos y 33 latinoamericanos. La asistencia de los jefes de Estado en Madrid distó mucho de ser perfecta. Hubo, claro, ausencias mucho más notorias que otras. Una de las más extrañadas, por el peso de Alemania y la implicancia de sus decisiones en el marco de la crisis, fue Angela Merkel. Entre los europeos, tampoco estuvieron el italiano Silvio Berlusconi ni el británico David Cameron. A la ausencia anunciada por razones de salud del uruguayo José “Pepe” Mujica y también la del cubano Raúl Castro, quien no acostumbra participar en estos encuentros, se sumó esta vez la del venezolano Hugo Chávez, quien ni siquiera envió a su canciller Nicolás Maduro.
- Corrección. Cristina Kirchner fue de los que hablaron en el cierre de la cumbre. Entonces, entre otras, cosas le deseó éxito “a quien va a ser el próximo anfitrión y organizador del evento, el reciente presidente de la hermana República de Chile, Sebastián Piñeira (sic)”. Como era de esperar, la cámara de la señal interna que transmite el encuentro buscó de inmediato al chileno para registrar su reacción. El mandatario agradeció con un ademán, pero también se lo vio corregir para sí: “Piñera”.
- Gourmet. Los presidentes que participaron en la cumbre degustaron una auténtica cocina gourmet. El menú fue seleccionado con la “colaboración de la Real Academia Española de Gastronomía”, según consignó la organización. A modo de aperitivo hubo queso de oveja, jamón ibérico, lomito de la región de Andalucía, foie gras y mejillones en escabeche. El plato principal consistió en ensalada de arvejas con virutas y vinagreta de hongos y suprema de faisán con trufas blancas, papita rellena de puerro y panceta y mousse de trufa blanca. De postre, milhojas con frutillas. No llamó la atención el menú, sino la precisión en la comunicación del mismo: los organizadores consignaron en cada caso la marca de los productos.
- Dimensiones. La Feria de Madrid, Ifema, sede de la cumbre, tiene dimensiones colosales. Ocupa un predio de 1,4 millón de metros cuadrados y tiene 14 mil lugares de estacionamiento. Cuenta con 12 pabellones y tres centros de convenciones, que en total ofrecen 200 mil metros cuadrados para la realización de exposiciones. Para el encuentro entre europeos y americanos se acondicionaron dos pabellones enormes: en el 12 se armaron el centro de prensa y las salas en las cuales los mandatarios se presentan ante los periodistas, mientras que el 14 se acondicionó para la realización de las reuniones entre jefes de Estado. El metro, por el que se llega en 20 minutos desde el centro, tiene una estación en la puerta misma del complejo. Pero desde ahí hasta donde ocurren los hechos hay una larga caminata.
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