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Cable de embajador de Monrovia Occidental a Cancillería: Llega a mi conocimiento el rumor de una filtración machaza de cables del Departamento de Estado. Serían 250.000. Me lo contó la secretaria privada de un alto funcionario norteamericano con la que mantengo conversaciones por asuntos extracurriculares. La documentación contendría informes sobre todos los países del mundo. Me preocupa que llegaran a divulgarse escenas no convenientes de la visita de nuestro primer ministro a Roma, el año pasado.

Cable de Cancillería de Monrovia Occidental a embajador: Sus afirmaciones son asombrosas. Es inverosímil que semejante fuga pueda ocurrir en el país que es faro de Occidente y famoso por la expertise de sus élites. En primer lugar, pues, le aconsejo que dosifique el consumo de bebidas espirituosas y restrinja sus lazos con personas poco confiables. De confirmarse esa especie increíble, le pido que con la mayor discreción averigüe si hay fotos de nuestro eminente Primer Ministro. Su vida privada, alguna reunión con personalidades diversas de la vida pública y de la farándula italianas, su modo campechano de disponer de su cuerpo y los de otr@s deben preservarse de la vindicta pública.

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Cable de Departamento de Estado a Oficina de narrativas de la CIA: Mientras pesquisamos en serio qué fue lo que pasó, necesitamos un relato ingenioso y digerible sobre la fuga de información sensible. Le ordenamos que active a sus integrantes para proponer una versión que complazca a la opinión pública norteamericana y mundial. Plazo: 48 horas, máximo.

Cable de Oficina de narrativas de la CIA a Departamento de Estado: Va el relato, cumplida la comanda. Como verá, hemos apelado al viejo truco del cabo suelto, un cabo del ejército pirado en este caso. Nuestra oficina honra así la tradición de otros momentos difíciles, como cuando nos confiaron la explicación del cruel asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy. Recordará la enorme aceptación universal que acogió. Armamos un focus group para probar la credibilidad de nuestra historia, con Homero Simpson y sus amigos del bar de Moe. Los resultados son muy estimulantes. Hicimos otros entre ciudadanos de otras culturas, se mostraron más desconfiados y recelosos de las instituciones. Muchos rieron a carcajadas durante horas. En promedio: para la opinión pública norteamericana, todo OK.

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Cable de KGB residual a embajador ruso en Washington: Nuestro líder Vladimir Putin recibió de modo contradictorio la divulgación de que en Estados Unidos lo apodan “Batman”. Ser un superhéroe no le cae tan mal. Pero le preocupan algunos rumores acerca de la posible invención de un Robin, con consiguientes chanzas y chismes malévolos. Le pedimos indague con sutileza la verosimilitud de esa eventual derivación. Y, también, que sondee quién o quiénes son los responsables reales de la filtración.

Cable de embajador ruso en Washington a KGB residual: Haré consultas discretas. Le comento que dispongo de información muy certera que involucra a la secretaria de Estado como primera responsable del sucedido. La fuente es la revista Noticias de Tombstone, que se edita en la ciudad homónima del estado de Arizona. La publicación pertenece al ala de extrema derecha del Tea Party, usualmente muy centrada en sus análisis y percepciones. Según ella, Clinton obraría movida por una doble venganza. Como ustedes evocarán, la secretaria sufrió graves perjuicios en su vida política y familiar a partir de la divulgación mundial de hechos sucedidos en el Salón Oval de la Casa Blanca. Además, tendría mucha mala onda con el presidente Barack Obama, quien le ganó una interna presidencial en la que ella era favorita. Eso, según la prestigiosa fuente, la conturba psicológicamente y pudo llevarla a un descuido deliberado o inconsciente. Pido se me faculte a profundizar esa línea de investigación.

Cable de KGB residual a embajador: Por supuesto, conocíamos esos detalles, no crea que usted es un langa. Avance con su pesquisa aunque, si es descubierto, negaremos toda relación con ella. Le pedimos averigüe si la secretaria toma alguna medicación y en su caso, las dosis que consume.

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Cable de decano de la Facultad de Sociales de Estocolmo a inspector Kurt Wallander, en comisión en Buenos Aires: Tengo que comunicarle un cambio abrupto en su tarea, por especial encargo de nuestros Servicios de inteligencia. Deje ya mismo de sondear la seriedad de las rendiciones de gastos de nuestro docente, el politólogo sueco que hace su tesis de posgrado sobre Argentina. Y aplíquese a verificar los aprestos bélicos que, con certeza, está realizando la Argentina para intentar una segunda invasión a las islas Falklands, que en dialecto gaucho se denominan “Malvinas”. El Departamento de Estado, que es un relojito, detectó los primeros gestos de esa ofensiva hace un año. Conociendo la crispación y brutalidad del gobierno argentino, el ataque debe estar preparándose o en vías de comenzar. Le pedimos que viaje a la Patagonia y recorra de incógnito puertos y bases navales. También que fisgonee acerca de la posible designación del ultrakirchnerista Luis D’Elía (aliado de Irán y Venezuela) como ministro de Defensa. Comprenderá la urgencia y confidencialidad de estas órdenes.

Cable de inspector Kurt Wallander a decano de Sociales de Estocolmo: Declino su mandato, por delirante. Si usted leyó las novelas que me mencionan sabrá que desprecio a los agentes de inteligencia, recua de chantas. Me apego al contrato que firmamos, seguiré investigando al politólogo, quien de momento me parece un tipo macanudo. Eso sí, iré a la Patagonia pero en plan turístico, siguiendo a mi sospechoso, cuya amistad he cultivado para acceder a sus secretos. De paso: necesito una partida adicional pues me acompañará una asistente que conchabé. Se trata de la psicóloga freudiana, prima de la pelirroja progre. Es una nativa que me ilustra acerca de numerosas e interesantes prácticas locales.

PD: Si me permite un consejo, Profesor: trate de cambiar las bebidas blancas por el malbec. El vino es una bebida muy noble, que se sube menos a la cabeza que otras ingestas alcohólicas.

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Cable de la Comisión permanente de homenaje a Spruille Braden al Departamento de Estado: Esta Comisión deplora la patética performance del cuerpo diplomático actual, tan endeble comparada con los buenos tiempos de nuestro añorado embajador-emblema. Su chapucería la ha hecho el hazmerreír del mundo. Les transmitimos nuestro fastidio por haber deshonrado la mejor tradición política de nuestro país. Les informamos que haremos una cena de desagravio a Spruille Braden, en una estancia argentina. Contra lo que es nuestro hábito, no será invitado ningún funcionario actual.

Cable del Departamento de Estado a la Comisión de homenaje permanente a Spruille Bramen: Sin comentarios.

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Cable del Departamento de Estado a los editores de cuatro diarios y una revista del Centro del Mundo: Volvemos a congratularnos por el modo en que están editando los cables sustraídos por unos hackers corruptos y un soldado demente. Vuestra capacidad para sustraer todo lo que es interesante es especialmente valorada en Washington. En los próximos días les enviaremos una nueva lista de cuestiones sensibles que deben ser evitadas. Por razones de público dominio, evitaremos esta forma de comunicación y volveremos a tácticas más clásicas. Cinco enviados nuestros visitarán sus redacciones, para que los reconozcan llevarán un sombrero tejano y un ejemplar del periódico La Nueva Provincia de Argentina bajo el brazo. Y les entregarán un papel con los datos. Pedimos quemen inmediatamente el documento y arrojen las cenizas a algún río torrentoso cercano a vuestras sedes, o al mar si es el caso.

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Los cables reseñados, claro, son apócrifos, producto de la voluntad del cronista de aliviar a sus lectores del fárrago de macanas escritas en estos días y de aliviarles el domingo.

Se insiste: son falsos, pura imaginería. O se supone que lo sean, vaya usted a saber en un mundo tan raro.

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