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Rubén Descalzo, uno de los ex seminaristas que denunció al ex arzobispo de Santa Fe Edgardo Gabriel Storni, ofreció su testimonio público a fines de septiembre último. Y también consta en el libro Monseñor, de los periodistas santafesinos Guillermo Tepper y Maximiliano Ahumada, sobre una investigación de Juan Manuel Berlanga. La emisora LT10 lo repitió ayer. “Me costaba creer lo que me había sucedido”, dijo el muchacho al relatar el supuesto acoso del obispo. “Lo que me pasó a mí fue exactamente lo que sucedió con otros chicos. No voy a entrar en detalles. Pero la técnica era la misma.”
Era diciembre de 1993, en vísperas de un viaje de vacaciones a Santa Rosa de Calamuchita, Córdoba. “Yo no quería ir (a la colonia). Hablo por teléfono con el obispo y él me dice que si podíamos hablar personalmente. Me dirigí al Arzobispado y hablamos personalmente. En esa oportunidad se da el episodio de acoso, podríamos decir”, contó.
–¿Un acercamiento estrecho? –le preguntó la periodista Luciana Trinvheri.
–Exacto... Entendí claramente en el momento lo que estaba pasando.
–¿Eso fue lo que declaró ante la Justicia?
–Así es.
–¿El le dio un beso?
–No fue lo más grave. Pero no vamos a hablar de la escena del momento. Lo más grave fue la actitud... Y después me sentí muy confundido. Mal.
Después el joven decidió viajar a Calamuchita: “El arzobispo, que era mi máxima autoridad, había tratado de abusar de mí. Por lo cual yo hacía lo que quería sin sentir la necesidad de rendirle cuentas de nada. No me importaba nada”, relató.