EL PAíS › MENSAJE DE LA CORTE A DEUDORES
No van a defraudar
Carlos Fayt, ministro de la Corte Suprema, aseguró ayer en declaraciones públicas no sólo que la redolarización “no abarca” a los créditos sino que los deudores “pueden estar absolutamente tranquilos. Es más –enfatizó–, tienen que confiar que los hombres que están en la Corte, por lo menos la mayoría que yo conozco, tienen un alto grado de sentido común; más que sentido común, buen sentido”.
El juez difundió, además, un comunicado en el que fundamenta por qué intervino en el rechazo de su propia recusación, una situación que permitió la conformación de la mayoría para la firma del fallo a favor de San Luis. “Es una práctica normal y corriente en el tribunal”, sostuvo citando varios antecedentes.
El presidente del máximo tribunal, Julio Nazareno, también dedicó algunas frases a los deudores. “Sigan pagando uno a uno, que la Corte no dijo nada sobre eso”, alentó. Señaló, insistente, que la pesificación de los créditos es un tema que los ministros de la Corte aún no analizaron porque no recibieron ningún expediente que así lo requiera. “Cuando llegue, la Corte lo va a tratar”, dijo. Lo que, como anunció este diario, parece madurar en el tribunal es un posible fallo redolarizador –en la llamada causa Beratz– que definiría la situación del común de los ahorristas.
El riojano volvió a defender la actuación de Fayt. Este ministro había sido recusado el martes por el Banco Nación en la causa iniciada por San Luis con el argumento de que tiene un depósito de 200 mil dólares acorralados, lo que lo volvería, según ese cuestionamiento, parte interesada. Aquel planteo hizo recrudecer los enfrentamientos dentro de la Corte, a partir de que Fayt votó en esa recusación, considerándola extemporánea. Tres ministros –Antonio Boggiano, Juan Carlos Maqueda y Augusto Belluscio– objetaron su intervención y alertaron en su texto disidente que el fallo contra la pesificación estaba viciado de nulidad porque la posición de Fayt, cuyos ahorros habían quedado afectados por las disposiciones económicas de emergencia, no podía ser neutral. Incluso lo acusaron de carecer de “elementales reglas de ética”.
Al hablar por una emisora radial y a través de un escrito, Fayt se defendió. Fundamentó que las normas procesales no permiten excusarse a los jueces que tienen su dinero en bancos oficiales (como él). “Yo me excusé, pero no por esa causal sino por razones de delicadeza. La Corte Suprema dictó un fallo diciendo que no tenía yo razón para excusarme y estableció que no podía ser yo recusado”, dijo. Según su comunicado, esa decisión “lo obliga a intervenir en las causas vinculadas”. Recordó que esa resolución incluso tenía el voto de Boggiano que, ahora, parecer haber cambiado de opinión. También señaló que de por sí aquel antecedente tornaba a la recusación “extemporánea” y “carente de virtualidad”. Consideró que “es agraviante” atribuirle falta de ética y recordó que “no sólo no es un vicio el rechazo de una recusación claramente improcedente o extemporánea por los mismos jueces del Tribunal recusados, sino que además es de práctica normal y corriente en el Tribunal”.