EL PAíS › EL MENEMISMO NO HIZO IMPUGNACION EN LA PROVINCIA

La denuncia sí que se bajó

 Por Raúl Kollmann

El menemismo no se enteró de las denuncias de fraude de Carlos Menem. Ayer, el apoderado del Frente por la Lealtad, Juan Carlos Demarco, firmó con los representantes de todos los partidos el acta final del escrutinio bonaerense. Allí dice que “los abajo firmantes no tienen objeción alguna al escrutinio definitivo de la provincia de Buenos Aires”. Se ve que el apoderado Demarco no respalda los dichos de su jefe riojano, quien sostuvo que “hubo miles de maniobras con DNI en La Matanza, que votaron los muertos en Mar del Plata y que se perpetró una gigantesca maniobra del aparato del presidente interino (por Duhalde) en el territorio bonaerense.” Los voceros de la Justicia electoral señalaron anoche a Página/12 que no existe ningún cuestionamiento real a los comicios y que mañana la Asamblea Legislativa proclamará a Néstor Kirchner y Carlos Menem como los candidatos que protagonizarán el ballottage.
Desde hace varios días, el menemismo viene cuestionando la legitimidad de la primera vuelta y anunciaba la presentación de una denuncia penal y electoral por fraude. Hasta ayer, no había ingresado semejante denuncia ni al Juzgado Federal de la Capital, a cargo de María Servini de Cubría, ni al juzgado bonaerense que encabeza Manuel Blanco. Más allá de que esa denuncia se concrete o no, el resultado de la primera vuelta parece irreversible, sobre todo teniendo en cuenta la definición de fraude de las Naciones Unidas: “Es una adulteración relevante cuya envergadura hace presumir que sirvió para torcer el resultado de una elección”. Las denuncias que había anticipado el riojano son, en todo caso, numéricamente insignificantes y no darían pie para una medida cautelar que sirva para frenar el escrutinio.
Pero lo más impactante es lo ocurrido en el terreno cuestionado por Menem: la provincia de Buenos Aires. Los apoderados del Frente por la Lealtad, que es la estructura de Menem, participaron en estos días del escrutinio definitivo. Del total de 25.500 mesas no impugnaron ni una sola y, además, no se declaró la nulidad de ninguna mesa. Ayer firmaron el acta final sin plantear ninguna objeción. Significa que al cierre de cada mesa sus fiscales no señalaron ninguna irregularidad; que dentro del plazo legal de 48 horas, previo al escrutinio definitivo, tampoco hicieron impugnaciones; que, de la misma manera, no mencionaron ninguna anomalía cuando empezó el escrutinio definitivo, que luego no impugnaron ni una de las 25.500 mesas y que finalmente firmaron el acta final del escrutinio definitivo. Debe tenerse en cuenta que para cuestionar una elección hay que señalar, en concreto, que hubo maniobras en tal, tal y tal mesa y que consistieron en los siguientes mecanismos fraudulentos concretos, o bien que se produjo una alteración en las actas o que se maniobró con las sumas totales, demostrándolo a partir de la elemental cuenta que resulta de sumar las actas de cada mesa. Nada de eso hizo el menemismo y, según las fuentes de la Justicia electoral, hasta el momento la denuncia de fraude es únicamente un slogan de campaña.
Por de pronto, mañana a las 14, la Asamblea Legislativa hará el acto de consagración de los resultados y quedará oficializado que el ballottage será entre Kirchner y Menem. A primera vista, el riojano tendrá que descartar el fraude como eje de su campaña, porque hasta la firma de sus apoderados lo desmienten.

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