EL PAíS
La banca Menem
Por Horacio Verbitsky
Muy próximo amigo personal de Emir Fuad Yoma, Jorge Brito es el principal accionista del Banco Macro, a su vez principal acreedor privado del Yoma Group, con 16 millones de dólares. Parte de esos fondos provinieron del Banco Nación. El Macro contó con el oportuno lobby del menemismo en el directorio del Banco Central (Pedro Pou, Marcos Saúl, Manuel Domper) para adquirir los bancos provinciales de Misiones, Salta y Jujuy, donde contó con vitales asociaciones políticas: en Misiones con Enrique Nosiglia y Ramón Puerta; en Salta, donde Britos posee tierras y cultivos bajo riego, con el gobernador Juan Carlos Romero. El decisivo holding bancario que Brito conformó en las fronteras más calientes de la Argentina es líder en esas tres provincias y también posee sucursales en Chaco, La Rioja, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Rosario y Córdoba. Es imposible no asociar estos datos con el informe sobre el financiamiento político en el norte del país con fondos de la comercialización de sustancias de consumo prohibido por las autoridades sanitarias que la SIDE entregó al ex presidente Fernando de la Rúa en febrero de 2001. Si se cree a sus balances, el crecimiento espectacular del Grupo Macro se concentra en el financiamiento del capital de trabajo y los proyectos de inversión de pequeñas y medianas empresas. Esto evoca un país desaparecido, que sólo parece subsistir en los libros de esta empresa milagrosa. En 1996 sus ganancias fueron de tres millones de dólares, en 1997 de 7,5 millones, en 1998 de casi 16 millones. Mientras sus depósitos crecieron el 33 por ciento en el ejercicio 1997, los del conjunto del sistema bancario sólo se incrementaron un 11,9 por ciento. Su patrimonio neto creció de 111 a 816 millones de pesos desde diciembre de 2000 hasta septiembre de 2002; sus resultados acumulados, de 20 a 550 millones, de los cuales 500 millones en el rubro “Otros”. ¿Quién dijo que las economías regionales estaban en crisis?