Jueves, 13 de septiembre de 2012 | Hoy
EL PAíS › TODOS LOS HIJOS QUEDAN ALCANZADOS POR APORTES O DEDUCCIONES
La suba de la Asignación Universal por Hijo de 25,9 por ciento es la más alta desde la creación del beneficio. Los aumentos rigen desde este mes. La elevación del tope salarial para cobrar las asignaciones familiares permite una inclusión total por distintas vías.
Por David Cufré
“Todos los argentinos van a tener una tasa de transferencia a su favor de parte del Estado”, anunció ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los trabajadores cobrarán asignaciones familiares hasta un nuevo techo salarial de 7000 pesos por persona o 14.000 pesos por matrimonio, o bien aplicarán deducciones por hijo del Impuesto a las Ganancias. Fue una de las principales novedades de la cadena nacional, que la jefa de Estado utilizó del mismo modo que lo había hecho en septiembre de 2010 y 2011 cuando dio a conocer las subas de las asignaciones. La otra gran novedad fue el incremento de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que pasará de 270 pesos a 340, un alza del 25,9 por ciento. Anteanoche se resolvió en la quinta de Olivos llevar el aumento hasta ese nivel, en función de las mejoras que viene mostrando la recaudación de impuestos. Todas las subas rigen desde este mes, y aquellos que ya cobraron recibirán la diferencia. Los aumentos significarán un aporte estatal de 5200 millones de pesos al año –en total son 29.360 millones–, que ayudarán a sostener el consumo.
La AUH arrancó en noviembre de 2009 con 180 pesos por hijo. En octubre de 2010 pasó a 220 pesos (22,2 por ciento de suba) y desde octubre del año pasado se ubicó en 270 (22,7). La tercera actualización es la más alta, con 25,9 por ciento. En todos los casos, los incrementos estuvieron en línea o por arriba de las mediciones de inflación de siete provincias y de consultoras privadas. Estas últimas indicaron anteayer, en lo que se conoce como “IPC oposición”, que los precios al consumidor de los últimos doce meses crecieron 24,23 por ciento.
La Presidenta exhortó a las cadenas de comercialización, desde los hipermercados hasta los almacenes de barrio, a que mantengan los precios en los niveles actuales. Es decir, que no especulen con que un amplio sector de sus clientes tendrá mayores recursos para remarcar y hacerse de una diferencia. “Hemos visto en años anteriores que frente al aumento de las asignaciones familiares comenzó un movimiento con los precios de los alimentos, las bebidas, la ropa y el calzado, que es lo que más consumen” los sectores alcanzados por la medida. CFK destacó que, dado que todos los convenios laborales vinculados con el comercio han sido cerrados y que el Estado mantiene estables las tarifas de los servicios públicos, no deben existir abusos.
“El Estado está garantizando el consumo. Los empresarios nos tienen que garantizar inversión, calidad y precio”, insistió, y les pidió que no atenten contra la recuperación económica con maniobras especulativas. La creación de la AUH tuvo un alto impacto en términos materiales para el decil más pobre de la población. La cobran los hijos de trabajadores informales, desocupados, empleadas domésticas y monotributistas sociales. Son 3,5 millones de chicos y adolescentes hasta 18 años, que integran más de 1,9 millón de familias.
Cristina Fernández explicó ayer que estudios económicos del Gobierno permitieron determinar los efectos de las asignaciones estatales: cada peso que se entrega al decil más pobre multiplica por 3,68, mientras que cada peso que va al decil más acomodado multiplica por 2,38. Esto es porque los sectores más humildes tienden a consumir la totalidad del dinero recibido, mientras que la punta de la pirámide presenta una fuerte capacidad de ahorro y para viajar al exterior. “Hay que poner plata abajo”, dicen en el Gobierno, primero por una cuestión de equidad, pero también por su repercusión sobre la demanda agregada.
Entre los cambios más notorios que produjo la creación de la AUH figuran el aumento del consumo de alimentos, la posibilidad de acceder a una comida extra como la cena, la compra de artículos de limpieza e higiene personal como el dentífrico y la adquisición de útiles escolares y remedios. Pero también generó efectos sociales e individuales más duraderos: la idea de la “gratificación”, a través de la compra de postres lácteos y gaseosas, las salidas familiares y los paseos, y el concepto de la “planificación”, lo que implica concebir una idea de futuro. Así surge de estudios cualitativos realizados entre los beneficiarios de la asignación.
Los requisitos para percibir la AUH son que los chicos vayan al colegio y cumplan con los planes de vacunación. La Anses retiene todos los meses el 20 por ciento del beneficio, ahora son 68 pesos, y los entrega una vez al año cuando los padres certifican con su libreta haber acatado esas exigencias. En los últimos años la Anses dio de baja a cerca de cien mil beneficiarios que no habían respetado la consigna.
La Presidenta anunció también un alza de la asignación por hijo con discapacidad de 1080 a 1200 pesos, un 11,1 por ciento. El otro gran capítulo estuvo relacionado con las asignaciones familiares que cobran los trabajadores en relación de dependencia. El director de la Anses, Diego Bossio, dará hoy las precisiones de cuánto suben. Página/12 pudo saber que los incrementos en las distintas escalas serán diferenciados, no uniformes como ocurrió los últimos dos años. El rango más bajo estaría en línea con el 25,9 por ciento de la AUH.
La razón de ese esquema diferenciado es que el Gobierno hizo un esfuerzo presupuestario para extender la cobertura a la totalidad de los hijos de los trabajadores. Hasta ahora había una franja que no cobraba asignación familiar, porque sus ingresos superaban el tope de 5200 pesos fijado para percibirlas, pero tampoco podía aplicar las deducciones por hijo del Impuesto a las Ganancias, porque su salario no llegaba a los 7000 pesos establecido como mínimo no imponible. Para remediarlo, el Gobierno eleva el techo para cobrar la asignación a 7000 pesos por mes.
Pero el anuncio oficial no terminó ahí. La Anses también estableció que se tendrá en cuenta un segundo parámetro para determinar quién puede cobrar la asignación familiar: es un techo familiar de 14.000 pesos, sumando los ingresos de los dos integrantes de la pareja. Si se supera ese límite, uno de los integrantes no accederá a la tasa estatal. La Anses especificará hoy cómo será el esquema: si uno de los cónyuges no podrá deducir Ganancias o si el otro no cobrará la asignación.
Esto se hizo porque el organismo de la seguridad social detectó que había 63.331 familias que tenían doble beneficio porque uno de los cónyuges deducía Ganancias, en función de su nivel salarial, y el otro cobraba la asignación, porque estaba debajo del tope. El caso paradigmático que mencionó la Presidenta es el de un ejecutivo de una empresa automotriz con ingresos por 500 mil pesos y su esposa, que ganaba 4500. El Estado destinaba a esa familia acomodada un dinero que claramente no necesitaba. CFK aclaró que no hacían nada ilegal y que no era su culpa, pero que por una cuestión de equidad es necesario corregir esa falencia.
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