EL PAíS
Problema de conversos
–Que se juzgue a la Corte con causas que el año pasado fracasaron, ¿no abre un debate que demora el proceso?
–No. En realidad lo que dilatará son las nuevas causas. Si los juristas que se consultarán dicen que lo podemos hacer, en una semana pueden estar acusados y en la siguiente suspendidos por el Senado. Más allá de la buena voluntad de la comisión, las otras causas le llevan dos o tres meses. El problema es que le plantea contradicciones a los justicialistas que el año pasado votaron en contra del juicio. No es un problema nuestro ni del Gobierno, porque los diputados de Kirchner votaron por la destitución.
–Hay legisladores del oficialismo que quieren destituir a Nazareno sólo por lo que dijo.
–Que el PJ se asuste por las declaraciones de Nazareno provoca risas, sobre todo después de todo el trabajo que se hizo desde la comisión. Este es el problema de los conversos, porque operan de cualquier manera, sin límites, incluso para el cambio. La Argentina transitó, entre comillas, un cumplimiento de la ley y la impotencia en la acción; y la potencia en la acción y la falta de límites en la ley. Expresada en dos culturas, la radical y la peronista. Me parece que hay poder para producir una síntesis.