Una serie de diálogos entre Juan Carlos “Gallego” Fernández, ex secretario administrativo de la Unión Ferroviaria (UF) y mano derecha del ex titular de ese gremio José Pedraza, complicó su situación en el juicio en el que se evalúa su responsabilidad en el crimen del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra. Ayer se pudo escuchar al Gallego mensurar las consecuencias que para la estructura dirigencial de la UF tuvo lo ocurrido el 20 de octubre de 2010 en Barracas con distintas personas, entre las que pudieron reconocerse al ex subsecretario de Transporte Antonio Luna y la secretaria de Relaciones Internacionales de la UF, Karina Benemérito, entre varios otros. Pasados pocos días de los hechos, Luna lo llamó para expresarle su “solidaridad”: “Esto fue obra de un mal parido que quiso tirarle un muerto al gobierno nacional”, consideró el ex funcionario. Benemérito lo llamó con tono de desesperación para anoticiarlo de la detención de González, uno de los acusados. La conversación con ella, y algunos cruces más, dejaron en claro que el Gallego se mantuvo atento detrás de la estrategia jurídica de la UF para evitar que los dirigentes gremiales –él incluido– fueran procesados en la causa. Otras escuchas revelaron la molestia que la efectivización de los empleados tercerizados suponía para el gremio y la empresa. En uno de los diálogos difundidos, Fernández califica el pase a planta de los empleados como un “mamarracho”.