Ayer por la tarde en Casa Patria Grande, en el centro porteño, el presidente boliviano, Evo Morales, se refirió a la retención del avión presidencial que lo dejó varado en Viena meses atrás. “El pecado que yo tengo es ser indígena y antiimperialista”, lanzó frente a la acusación de Washington de esconder al ex agente de la CIA Edward Snowden. “Si tal vez lo hubiesen llevado Cristina o Dilma, lo hubiesen dejado pasar. Pero lo han inventado todo para amedrentarme. ¿Cómo Estados Unidos no va a saber dónde está su agente de inteligencia?”, se preguntó. El mandatario de Bolivia aseguró que su detención momentánea en Austria no fue una agresión de Europa, sino del gobierno de Estados Unidos. “Antes los europeos eran nuestros dominadores, ahora nosotros vamos a liberarlos de los Estados Unidos”, afirmó, y sostuvo que era tiempo de cambiar la escena en las Naciones Unidas para luchar contra el imperialismo. “Lo que me pasó es parte de las políticas del colonialismo, tal vez del neocolonialismo”, expresó.

Su breve visita al país sirvió para alertar sobre los retos que afronta la integración regional. Morales apuntó contra la alianza que conforman Chile, Perú, Colombia y México. “La Alianza del Pacífico está dividiendo a la Unasur. Hay un pequeño grupo de presidentes de la Unasur que no está interesado en el desarrollo de políticas para acabar con la pobreza. El libre mercado es liberalizar los servicios básicos. Eso no compartimos”, dijo, al tiempo que revalorizó la derrota al ALCA en 2005. “Con el hermano Néstor y la hermana Cristina coincidimos en algo: nacionalizar y recuperar nuestros recursos para cambiar la economía nacional. No es posible que algunos presidentes debiliten Sudamérica y esta gran unidad”, se quejó.

“La Alianza del Pacífico quiere seguir con el Consenso de Wa-shington, porque no pudieron hacerlo con el ALCA. Intentan dividirnos. Los países que no nos sometemos al ALCA estamos mejor que los países de la Alianza”, aseguró. Por otro lado, resaltó que ni funcionarios de Estados Unidos ni la OEA vienen ahora a tratar de resolver los problemas internos de la región. “No estamos en tiempos del imperio. Estamos en tiempos de los pueblos”, aseveró. También se permitió un tiempo para las ironías al decir que el “eje del mal” estaba creciendo aunque intenten dividir a Sudamérica, expresión que aludía a la demonización de los gobiernos progresistas que se hizo célebre durante el gobierno de George W. Bush.

Antes de reunirse con los periodistas, Morales habló frente a militantes y miembros de la comunidad boliviana en nuestro país. Allí recordó la figura de Néstor Kirchner: “Visitar Argentina siempre es recordar al compañero Kirchner”. Morales contó cómo el apoyo del entonces presidente argentino fue esencial en los primeros tiempos de su gobierno. “Cuando nacionalizamos los hidrocarburos era el compañero Kirchner quien me llamaba y me decía que si otras empresas u otros países no iban invertir, él iba a hacerlo para que el cambio siguiera adelante”, rememoró. También destacó la elección de Kirchner como primer secretario de la Unasur. “En mi intervención dije que Néstor era el primer presidente de Sudamérica.” Sin embargo, consideró que la integración regional es una labor conjunta. Destacó el trabajo de Hugo Chávez y Lula da Silva y la lucha de los pueblos sudamericanos. “Gracias a la decisión política que tomamos hemos empezado a liberarnos. Sudamérica ya no es más un continente de mendicidad”, dijo.

Morales también manifestó que le hubiera gustado encontrarse con Cristina Kirchner, pero que no pudo por recomendación médica. “Tenía muchos deseos de saludarla y expresarle nuestra solidaridad. Nuestro gran deseo es que en cuanto se recupere siga trabajando por el pueblo argentino”, expresó.

En el patio de Casa Patria Grande aprovechó para reivindicar la cooperación entre ambos países y contó de la ayuda de CFK cuando faltaba harina en Bolivia. “El gobierno de Estados Unidos, durante los veinte años de gobierno neoliberal, cooperaba con harina. Cuando llegué al gobierno, nos quitan el trigo y las donaciones. No había pan en Bolivia. Cuando faltó trigo, el pueblo protestaba contra mí. En ese momento me atreví a llamar a la compañera Cristina y le dije: ‘Tiene que desviarme el trigo que exporta a otros países’. Y la compañera no tuvo ningún problema. Desvió el trigo y la harina a Bolivia”, recordó.

El mandatario se refirió a la salida al mar para su país y expresó que se trata de un tema de soberanía nacional y de un reclamo irrenunciable que es parte de todos los latinoamericanos. “El tratado de 1904 ha sido impuesto y es injusto. Los tratados no son intocables”, dijo, y citó el tratado de 1903 de Panamá, por el cual ese país entregó el canal a los Estados Unidos para luego ser devuelto. Reconoció que la única alternativa era revisar los tratados y negociar con Chile. “Hay que devolver el mar a Bolivia y hay que acabar con el colonialismo de hoy. No es posible que esto continúe. ¿Cómo las islas Malvinas van a ser de Inglaterra?”, planteó. El presidente confió asimismo en que el diálogo es la forma de resolver estos temas, sin injerencias del Norte. Con sinceridad, también se pronunció sobre el conflicto entre Argentina y Uruguay por la ex Botnia. “No tengo mucha información, pero conversando siempre resolveremos nuestros problemas. Somos capaces de hacerlo y no necesitamos que venga el embajador de Estados Unidos. Tengo mucha confianza en el compañero Mujica y en la compañera Cristina.”

Cerca del 17 de octubre, fecha en la que se cumplen diez años de la caída del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, Morales adelantó que celebrará la rebelión que terminó con décadas de gobiernos neoliberales en su país. Recordó que también “América le dijo no al ALCA el 17 de octubre. Vamos a declarar el 17 de octubre el Día de la Acción. Lo que hubo fue sublevación contra la dominación, contra el saqueo. Hay que hacer grandes actos esos días, recordar que Bolivia estaba reaccionando. Los estudiantes que se reciben este año de bachiller tenían diez años cuando llegué a la presidencia. No saben cómo luchamos, cómo hemos derrotado”, contó. Esa fecha, sostuvo, es la que permitió la derrota del ALCA dos años después. “Es una fecha histórica para los pueblos de América latina. En Bolivia, hace diez años se expulsó al gobierno por las políticas de saqueo. Cuando en 2005 vine como dirigente invitado, me recibió Kirchner. Y es aquí donde se acabó el ALCA.”

“A veces exageramos con la democracia, pero porque es importante consolidarla”, dijo Morales. Para esta tarea, consideró clave retomar los principios de aquellos hombres que fundaron las repúblicas sudamericanas. “Ellos enfrentaron el colonialismo. Somos esas raíces, nacimos de esas luchas. Hemos enfrentado a dictaduras militares. Cuando había golpes de Estado en Bolivia, había toque de queda, estado de sitio. No se podía caminar en grupo de noche. No había fiestas ni karaokes. Pido a los exiliados de Bolivia y de Argentina que expliquen a la juventud sobre estas luchas.”

Informe: Patricio Porta.