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Por M.P.
Desde Paraná, Entre Ríos

“Y ahí van a decir que estoy haciendo campaña. Pero, por favor... Estoy trabajando”, se quejó Néstor Kirchner con evidente disgusto en la ciudad de Cerrito, donde encabezó un acto ante unas tres mil personas que en su mayor parte habían sido convocadas por el PJ. Un tono similar había usado una hora antes en la Gobernación, en Paraná, durante la firma de varios convenios de obras públicas. Allí, flanqueado por el gobernador radical Sergio Montiel y ante la mirada expectante del candidato peronista Jorge Busti, había hablado del “pleno ejercicio de la pluralidad” y de evitar las “respuestas por cuestiones partidarias”.
Las dos frases resumieron el tono de la visita presidencial, que para algunos fue interpretada como una señal de apoyo a Busti a casi dos meses de la elección de gobernador, pautada para el 23 de noviembre. En esos comicios, el justicialismo intentará suceder a Montiel, cuya gestión pasó por una crisis simultánea a la del gobierno de Fernando de la Rúa. De hecho, Busti y Jorge Obeid viajaron en el Tango 01 desde Buenos Aires, por lo que acompañaron a la comitiva oficial integrada por Aníbal Fernández (Interior), Julio De Vido (Planificación) y Ginés González García (Salud). El motivo oficial de la visita era anunciar la construcción de 1253 y 2000 viviendas más obras de pavimentación en la Ruta 12, que une Brasil con la Argentina.
También se anunció la entrega de remedios, leche en polvo y anticonceptivos por parte de la cartera de Salud. En el acto oficial, que se realizó en el Salón Blanco de la Gobernación, estuvieron Montiel y también uno de los candidatos radicales a sucederlo, el intendente de Paraná, Sergio Varisco. Para tratar de evitar las suspicacias, Kirchner recalcó todo el tiempo que su visita no era proselitista ni formaba parte de una gira de campaña. Sin embargo, Montiel en privado la interpretó de esa forma (“no sé para qué viene Kirchner”, dijo a algunos periodistas) y por eso ordenó un asueto administrativo en la ciudad de Paraná. Para algunos entrerrianos, así intentó evitar una protesta en su contra. Pero finalmente sufrió una movilización de estatales y docentes, mientras que Kirchner probó su idilio con la sociedad con una recepción multitudinaria que incluyó a gauchos a caballo y grupos de ballet folklórico.