Jueves, 5 de febrero de 2015 | Hoy
EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER RESPONDIó A LAS CRíTICAS DE LA UIA
La Presidenta cerró un concurrido encuentro empresarial argentino-chino y aprovechó el mensaje para responder a la UIA, que criticó la asociación con el gigante asiático. La ronda de negocios se extenderá hasta hoy.
Por Santiago Rodríguez
Desde Beijing
Cristina Fernández de Kirchner aprovechó ayer el escenario del Foro Empresarial Argentino-Chino, con más de 100 hombres de negocios argentinos que llegaron aquí con expectativas de ampliar su horizonte comercial, para responderle a la Unión Industrial Argentina (UIA). “Quería decirles que se queden muy tranquilos porque seguimos defendiendo el trabajo y la participación del empresariado nacional”, afirmó la Presidenta en el encuentro que se desarrolló en el World Trade Center de Beijing, eje del distrito financiero de la ciudad.
Así como la UIA esperó que CFK llegara a Beijing para plantear sus críticas a la asociación con China y sembrar dudas con respecto al impacto negativo que podría tener en el mercado laboral argentino, ella aguardó el momento oportuno para la réplica, que en un primer momento dejó en manos de dos funcionarios de la primera línea del Gobierno: Julio De Vido y Jorge Capitanich. Ese momento fue su presentación ante los empresarios, en su mayoría pymes, que vinieron a propósito de su visita.
“Solamente alguien con intencionalidad política o desconocimiento puede suponer que el gobierno iniciado en el 2003, que hizo de la política de reindustrialización del país una política pública de Estado, que hizo de la generación de empleo y el consumo que esto genera otro de los pilares de desarrollo y de crecimiento, que hizo de la repatriación de científicos que se habían ido al exterior y creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, puede resignar esa política”, plantéo CFK. Agregó que “no la resigna por una razón sencilla: por convicción y porque nadie le está pidiendo aquí en China que resignemos fuentes de trabajo ni que resignemos nuestro empresariado. Al contrario, los empresarios chinos, como son contemporáneos, modernos e inteligentes, saben que la asociación estratégica pasa precisamente no ya por convertir a los otros en clientes, sino en socios a partir de la complementariedad de nuestras economías”.
“No creo que ninguno del centenar de argentinos que me han acompañado haya venido con el temor de perder a sus empresas ni a sus trabajadores. Al contrario, tienen la cabeza lo suficientemente abierta para saber que venimos aquí en una misión muy importante ante la primera economía del mundo”, dijo también la Presidenta. Con su afirmación de que el Gobierno defenderá las fuentes de empleo y al empresariado nacional, se ganó el primero de los tres aplausos que le prodigó el auditorio. Los primeros en batir sus palmas fueron los hombres de negocios que viajaron desde la Argentina. De inmediato se sumaron los chinos, que no paraban de sacarle fotos a Cristina Kirchner y sacarse selfies con ella al fondo.
El cónclave de empresarios argentinos y chinos fue en el Word Trade Center, un moderno complejo de edificios hacia un extremo del centro de Beijing, que combina oficinas financieras y hoteles y tiene a sus alrededores centros comerciales con locales de las primeras marcas mundiales. La torre que se erige como emblema del complejo es la World Summit, un edificio vidriado que por su altura puede verse desde varios puntos de la ciudad. El foro fue allí mismo, en el tercer piso, en el que a la hora de la exposición de la Presidenta y sus ministros había más de 800 personas.
“Esto no es casual, no es arte de magia; es el resultado de diez años de políticas activas que se implementaron a partir de la visita de Néstor Kirchner a China en 2004”, remarcó Axel Kicillof. El ministro de Economía habló de la crisis económica mundial y del riesgo de que se traslade a los países emergentes a partir de decisiones políticas que así lo propician y sostuvo que “el trabajo coordinado puede hacer que Argentina y China no sufran las consecuencias de las decisiones políticas que se toman en los centros de poder mundiales”.
La Presidenta cerró el foro, que estuvo acompañado de una ronda de negocios que se extenderá hasta hoy con una mecánica muy simple: en un salón contiguo se dispusieron una al lado de otra pequeñas mesas con dos sillas por lado. Cada mesa estaba asignada a una empresa con un cartel para que se la pudiera identificar. Sus representantes estaban allí a la espera de quien quisiera establecer algún tipo de vínculo comercial, que disponía de quince minutos para plantear su propuesta.
“Yo militaba desde muy joven y nosotros comparábamos la tercera posición del presidente Mao con la tercera posición que desarrollaba el fundador de nuestro movimiento político, el presidente Perón”, recordó en otro tramo CFK y cosechó los segundos aplausos. Ahí empezaron los chinos, que antes habían recibido otro elogio de la Presidenta: “No hay ningún milagro en lo que pasa en China, hay perseverancia en un modelo de desarrollo”.
El último aplauso para Cristina Kirchner llegó con el mensaje a los empresarios que eligió para terminar su discurso. “No me están acompañando ustedes a mí, yo los estoy acompañando a ustedes. Yo voy a dejar de ser presidenta, pero ustedes no van a dejar de ser empresarios y los trabajadores no van a dejar de ser trabajadores. Por eso mi obligación es acompañarlos para que ustedes sean cada vez más y mejores empresarios y para que en el país haya cada vez más y mejor trabajo. Y estoy absolutamente convencida de que esta complementariedad y esa asociación con China es un salto cualitativo para lograr eso”, cerró.
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