Scioli junto a los gobernadores del FpV en Tucumán, en el relanzamiento de la campaña al ballottage.

El Frente para la Victoria ya acomodó sus piezas para recuperar el terreno perdido y llegar bien parados al 22 de noviembre, cuando se celebre la segunda vuelta. La performance del oficialismo en muchos distritos clave, y particularmente en la provincia de Buenos Aires, había encendido una señal de advertencia que llevó a una autocrítica profunda puertas adentro en todos los espacios que conviven, no exentos de roces, en su interior.

El jueves, cuando Daniel Scioli relanzó virtualmente su campaña al hacer coincidir en pocas horas un acto junto a todos los gobernadores, una batería de anuncios destinados a seducir al votante de Sergio Massa y un discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner destinado a ordenar hacia adentro, se vio una coordinación política fina entre la Casa Rosada y el centro de operaciones del candidato, instalado en el edificio del Banco Provincia, a menos de 200 metros de allí.

El diálogo entre la mandataria y el gobernador bonaerense fue fluido desde el lunes a primera hora; el encuentro cara a cara se concretó recién la noche del miércoles, en la quinta de Olivos. Se coincidió en la necesidad de dar un giro en la campaña para ganar el ballottage y se estableció una suerte de división de tareas tácita: Scioli saldrá a buscar los votos que faltan; CFK estará encargada de contener a la tropa propia. Se acordó, también, evitar en lo posible el fuego amigo.

Con un peso menos sobre sus espaldas, el gobernador bonaerense viajó a Tucumán a ejercer su condición de primus inter pares con los mandatarios provinciales del peronismo. A ellos les informó su nueva estrategia y les contó de sus planes para atraer el voto massista. “Lo importante es seducir al votante, no a los dirigentes”, fue la conclusión a la que llegaron, según relata uno de los participantes de ese encuentro. A ese votante va dirigida, directamente, la batería de medidas que se conoció horas más tarde.

El anuncio de que Scioli otorgaría el 82 por ciento móvil a las jubilaciones mínimas, eximiría de Impuesto a las Ganancias al medio aguinaldo de fin de año, bajaría las retenciones al agro e implementaría un agresivo programa de combate al narcotráfico, cuatro tópicos de la campaña de UNA, se hizo a través de la agencia estatal Télam, que publicó la primicia un rato antes de que comenzara el acto de Fernández de Kirchner en la Casa Rosada, con media Plaza de Mayo llena de militantes.

En su discurso que, dividido entre el salón de las Mujeres del Bicentenario y los patios de la casa de gobierno, duró más de dos horas, la Presidenta hizo un fuerte llamamiento a la militancia a participar de la campaña (que tuvo su respuesta inmediata en el territorio) pero no mencionó al candidato que, convenientemente, no estuvo presente. “Cristina ordenó a los propios y a la vez permitió que Scioli tenga un poco más de aire para mostrarse ante un electorado que quizás no es el más afín al actual gobierno”, analizaban, conformes, en el equipo de campaña del gobernador.

A partir de mañana, cuando se dé a conocer el resultado del escrutinio definitivo y se proclamen las dos fórmulas que deberán competir en la segunda vuelta electoral, el Frente para la Victoria continuará así con su campaña. Scioli se concentrará en el conurbano bonaerense y algunos distritos clave del interior, con la premisa de que haya “más calle y menos escenarios”, según anticipan cerca suyo.