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Beliz y Solá buscan acuerdos sobre el plan de seguridad

 Por Fernando Cibeira

El gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, y el ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Beliz, se reunieron ayer para unificar criterios respecto de lo que será el plan oficial para combatir la crisis de inseguridad. Según informaron voceros de la gobernación, hubo coincidencias en lineamientos generales como, por ejemplo, en la necesidad de incrementar los controles tanto a la Policía Bonaerense como a la Justicia. Solá insistió en sus reclamos de un mayor presupuesto, convencido de que la mejor manera de ganar efectividad es poner más policías y patrulleros en las calles. El plan que viene preparando Beliz a pedido del presidente Néstor Kirchner prevé reformas más drásticas que incluyen el Poder Judicial, el Servicio Penitenciario y la creación de una nueva fuerza de seguridad. La encrucijada es saber si luego de los tironeos del fin de semana el Gobierno y la provincia al fin podrán ponerse de acuerdo.
Los rumores del fin de semana indicaban que Beliz probablemente se reuniera en estos días para conversar con la vicegobernadora y secretaria de Seguridad interina, Graciela Giannettasio. El objetivo sería interiorizarse en la marcha del plan de “emergencia de seguridad” que Solá decretó en la provincia. Solá reclamó también más efectivos de Gendarmería Nacional y más fondos para afrontar la crisis.
Sin embargo, Beliz apareció por sorpresa en el departamento que Solá tiene sobre Carlos Pellegrini, en el centro porteño. El encuentro se había vuelto necesario para acercar posiciones que en las últimas horas parecían haberse vuelto cada vez más divergentes. Por eso, en lo poco que se dijo oficialmente, los voceros hablaron de un encuentro “satisfactorio y productivo”. Un dato en el que coincidieron en uno y otro lado es en la necesidad de agregar controles al accionar policial y al de la Justicia.
Otra coincidencia estuvo en la idea de sumar presupuesto a la seguridad bonaerense. En los argumentos de Solá, la crisis que atraviesa el conurbano trasciende las fronteras de la provincia y tiene una importancia nacional, por lo que se justifica el envío de más fondos de Tesorería que deberían incorporarse al porcentaje de coparticipación que recibe Buenos Aires. La suba del porcentaje de coparticipación bonaerense fue uno de los caballitos de batalla de Solá en su campaña.
Con todo, en la Rosada se niegan a hablar de una mayor coparticipación para la provincia de Buenos Aires con el argumento que lo que le dan a ella se lo tienen que sacar a otra. Algo que seguramente generará la reacción de las provincias más pobres. Una idea que podría caminar, en el criterio de la Rosada, sería la creación de un fondo de emergencia destinado a atender la crisis.
De lo que todavía Solá no tenía información de primera mano era de las intenciones del Gobierno de crear una nueva fuerza policial que reemplace a la Bonaerense, al menos para la investigación de algunos delitos específicos. La idea de Solá es mantener la política de depuración de la Bonaerense, con el convencimiento de que con más efectivos y un mejor equipamiento se incrementará la calidad de la seguridad que reciben los habitantes del conurbano. El gobernador pretende que los controles no sólo se dediquen a hurgar en la conducta de los comisarios y sus patrimonios sino que ahora también se expandan hacia los efectivos de menor graduación que son quienes muchas veces aparecen formando parte de las bandas de secuestradores. La tarea de control asoma compleja en una fuerza de 50 mil agentes.
En un primer momento, la variante que impulsó la Rosada era la creación de una policía metropolitana que actuara en Capital y Gran Buenos Aires, con una mezcla seleccionada de efectivos de la Bonaerense y de la Federal. Ayer, Aníbal Ibarra calificó esa iniciativa como un retroceso. “Sería traer la Bonaerense a la Capital”, fulminó. En las últimas horas habría comenzado a ganar posiciones otra alternativa que sería la creación de un FBI criollo, una fuerza especializada dedicada a la investigación de delitos federales como el tráfico de drogas y los secuestros extorsivos.
Al menos, con sus llamativas declaraciones del fin de semana, Solá parece haber conseguido llamar la atención del Gobierno, algo que sospechaba estar perdiendo. Desde ayer tiene información de primera mano acerca de cuáles son los planes de la Rosada para atender la urgencia que vive su provincia.
Por su parte, el gobernador comenzará hoy una ronda de diálogo con los sectores sociales y políticos para escuchar opiniones sobre cómo se debe afrontar la crisis. A los primeros que oirá hoy a las 10 será a los obispos católicos. Del encuentro participarán el obispo de La Plata, Héctor Aguer; el de Morón, Justo Laguna; y el de San Isidro, Jorge Casaretto, entre otros.

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