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“La decisión de relevar a los comisarios debería ser imitada por los gobernadores. ¿No les parece?”, reflexionó el presidente Néstor Kirchner en el salón VIP del aeropuerto brasileño de Manaos. La comitiva que lo acompañaba –entre los que se encontraba el gobernador Jorge Busti y varios diputados y senadores– asintió simplemente, como decididos a no avanzar en el tema.
Al Presidente poco le importó la falta de entusiasmo de sus compañeros de viaje y agregó “no le temo a las represalias. Sólo se cambia con hechos, las palabras en esto no sirven”. Los colaboradores más cercanos al jefe del Ejecutivo sostienen que la purga fue de 107 comisarios porque el Presidente “no quiso seguir escarbando más. Pero allí no termina todo”. Y es posible, al menos así lo dejó entrever ayer el patagónico, quien no disimuló la indignación que le produjo la lectura de los legajos: “Todos tenían esposas que heredaban fortunas. Viven en Recoleta con un sueldo apenas superior a 2500 pesos. Esto se terminó”, sentenció.
Al hablar sobre el ejemplo a seguir de las provincias, Kirchner dejó entrever a sus colaboradores la confianza que tiene depositada en el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Arslanian. “Estoy seguro que podrá cambiar esa policía y espero que Felipe (Solá) entienda que este tema no se cambia sólo con palabras”, lo escucharon decir al Presidente.