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–¿Usted viene del Mas?
–En realidad vengo del PRT.
–No tiene edad para haber estado en el PRT.
–Bueno, tengo 47. Y entonces tenía 12. Empecé en el secundario, en el Mentruyt de Lomas Zamora, un colegio con mucha militancia. Tuvimos 8 desaparecidos ahí. Después, durante la dictadura, estuve un tiempo en Brasil, en el ’79 volví e ingresé a Entel.
–En Foetra hay dirigentes de la CTA, la CGT y el Polo Obrero. ¿Cómo avanza una conducción tan heterogénea?
–Buscamos un mínimo común denominador y avanzamos sobre eso. Parece una verdad de Perogrullo, ¿no?, pero es así.
–¿Los ayuda o los complica cuando hay medidas de fuerza?
–Nos ayuda. Conseguimos el apoyo de todos.
–En más de un conflicto ocuparon edificios.
–Sí, siempre estamos en el lugar de trabajo.
–¿Por qué?
–Si vos el día de paro te quedás en tu casa es un horror, no te ves con tus compañeros, no sabés cómo marcha nada, estás desconectado, inseguro. No nos gusta el paro dominguero.
–¿Es cierto que le tiró un balde de engrudo a Neustadt?
–Es que Neustadt era terrible. Hacía una campaña notoriamente paga contra Entel, nos rompía las pelotas mal. Bueno, un día estábamos pegando carteles y lo vimos salir de una radio. Se ligó un cacho de engrudo, hizo un kilombo tremendo. Yo saqué una carta de lectores en Página/12 para aclarar que no éramos una patota sindical. Fuimos muy criticados. Fue un error político, pero, la verdad, me sentí bárbaro.