EL PAíS
Los nuevos nombramientos en la Cancilleria
ALESSANDRO.
Del Frepaso a Cuba
El nuevo embajador en Cuba, Darío Alessandro, tiene perfil propio como ex diputado y dirigente del Frepaso, pero de alguna manera se lo relaciona por su padre, viejo militante de Forja, y por su estrecha amistad con el ex vicepresidente Chacho Alvarez, de quien fue mano derecha durante muchos años.
Junto con Alvarez militó en la Juventud Universitaria Peronista de los años ‘70 y cultiva una empeñosa simpatía por Racing, al igual que el presidente Néstor Kirchner. Tiene 55 años y está casado con la escritora Marta Cichero, con quien tiene dos hijos.
Alessandro fue diputado por el Frepaso y jefe del bloque de esa agrupación de centroizquierda. De hecho fue uno de los principales dirigentes de esa fuerza, más un buscador y constructor de consensos que un hombre de confrontación, siempre fue visualizado como la persona de más confianza de Chacho Alvarez antes y durante el gobierno de la Alianza.
Fue uno de los que aconsejaron al ex vicepresidente que no renunciara. Cuando Chacho renunció, Alessandro le presentó su propia renuncia, pero en ambas situaciones no fue escuchado. Por el contrario, Alvarez le pidió que siguiera en el gobierno para mantener un puente con Fernando de la Rúa y el gobierno de la Alianza. Finalmente la amistad con Alvarez se rompió y Alessandro se acercó al gobierno de Kirchner.
Desde hace unos meses había asumido en la Cancillería, en reemplazo de Eduardo Sguiglia, como subsecretario de Política Latinoamericana y logró con bastante éxito mantener buena relación tanto con Rafael Bielsa como con el vice Jorge Taiana.
MENDEZ CARRERAS.
Las monjas francesas
En 1994, el abogado Horacio Méndez Carreras, quien reemplazará a Alicia Oliveira como representante en Derechos Humanos de la Cancillería –una oficina con rango de subsecretaría–, fue condecorado por el gobierno de Francia por su desempeño en la representación legal de los familiares de los 15 ciudadanos franceses desaparecidos durante la dictadura.
Diez años antes, el 30 de diciembre de 1983, una fecha que recuerda con precisión, había recibido el llamado telefónico de un asesor del presidente de Francia, François Mitterrand, quien le solicitó que se hiciera cargo de esa función. En febrero del año siguiente comenzaron las actuaciones legales que lo convirtieron en una especie de pesadilla para los represores de la Armada, y en especial de Alfredo Astiz, sobre quienes pesaba la acusación de haber participado en el secuestro y desaparición de las monjas Alice Domon y Léonie Duquet. Astiz fue condenado a perpetua en Francia y aquí se encuentra ahora detenido por este delito en la causa que lleva el juez Sergio Torres.
Durante la dictadura, Méndez Carreras escribía la columna “The Law”, sobre derechos humanos en el Buenos Aires Herald, incluso después de que su director, Robert Cox, debiera abandonar el país tras haber sido secuestrado y amenazado.
Por su actividad como integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) conoció tanto a Taiana como a Bielsa, en una relación más bien referida a los derechos humanos que a la política.
FRANCO.
Consultor de la ONU
Leonardo Franco, el nuevo subsecretario de Política Latinoamericana de la Cancillería, es un técnico respetado en derechos humanos a nivel internacional. En los últimos treinta años ha trabajado en diversas oficinas de las Naciones Unidas sobre este tema. En una de ellas, cuando integraba el programa para el seguimiento del proceso de paz en Guatemala, en 1993, entre la guerrilla y el gobierno de ese país, tras una guerra que dejó más de cuarenta mil muertos, trabajó junto al actual canciller Rafael Bielsa, quien participó como asesor en ese programa. La buena relación entre Franco y Bielsa se remonta a esa época.
Es abogado, recibido en la UBA, y en el año 1974 fue secretario académico de la Facultad de Derecho de Buenos Aires cuando fue decano Mario Kestelboim, enrolado en la izquierda peronista. Ese cargo y su actuación en el área de los derechos humanos en aquella época le valió el exilio durante la dictadura.
Como experto en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, se desempeñó como consultor de las Naciones Unidas, con asiento en Ginebra. Luego fue representante en México y Centroamérica del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, cuando el conflicto en esa región se encontraba en el punto más álgido.
En Argentina es vocal de la Comisión Directiva del CELS y acompañó como subsecretario a Jorge Taiana cuando el actual vicecanciller fue secretario de Derechos Humanos bonaerense, en el equipo del gobernador Felipe Solá.