EL PAíS › COMO SERA LA NUEVA CONFIGURACION DEL BCRA
No sólo cambia el ex senador
Por Claudio Zlotnik
En cuanto Ricardo Branda sea removido por Néstor Kirchner como director del Banco Central dejará de percibir un salario de alrededor de 13 mil pesos. Tal vez sea lo primero que el ex senador, procesado en el caso de las coimas, extrañe de su trabajo en la autoridad monetaria. La vacante que dejará el formoseño no será el único cambio en la entidad. De hecho, ayer hizo su presentación oficial el flamante síndico, Hugo Medina. Las modificaciones que se vienen cerrarán la nueva configuración del Central, una institución clave en el diseño y la orientación de la economía. Por eso es clave entender los repartos de espacio de poder que se dan puertas adentro de Reconquista 266.
La designación de Medina debe leerse como un avance de Roberto Lavagna en el organigrama del BCRA. El flamante síndico reemplazó al radical Marcelo Griffi y viene de desempeñarse al frente de la Comisión Nacional de Valores. Medina estuvo ayer en el Central y se presentó ante los distintos directores.
Los restantes cargos que terminarán de cubrirse en los próximos días darán una fuerte señal política: el buen momento por el que atraviesa la relación entre Néstor Kirchner y su ministro de Economía. Ese es el mensaje que el jefe de Estado deja trascender entre sus íntimos. Allegados a Lavagna confirmaron a este diario esa misma situación.
La dinámica política en el Banco Central trasciende la coyuntura. Sabido es que Kirchner sigue a diario las operaciones de la autoridad monetaria. Y, en contra de lo que hasta hace algunos meses emanaba desde esa institución, ahora Martín Redrado y su equipo salieron a defender públicamente que se sostendrá el tipo de cambio alto, al tiempo que se mantendrán bajas las tasas de interés.
En el archivo quedaron los análisis para aplicar del programa de “Metas de Inflación”, por el cual si los precios suben más de lo previsto se deben aumentar las tasas de interés. La línea técnica de la autoridad monetaria también propiciaba una caída brusca del tipo de cambio. El plan era dejar caer el dólar a 2,80 pesos, atendiendo a las presiones del mercado. Nada de eso sucedió. En ese sentido, Brasil aparece como el antimodelo a seguir. El cóctel de tasas altas para mantener a raya la inflación redundó en un retroceso sensible en la cotización del dólar, en medio del fuerte ingreso de capitales especulativos que quieren aprovecharse de una tasa del 19,75 por ciento anual. Aun cuando la inflación de este año rondaría el 5 por ciento.
El hecho de que Kirchner y Lavagna se dividan los cargos en el Central (la sociedad incluiría a la estratégica Superintendencia de Entidades Financieras, donde el puesto más alto sería para el kirchnerista Waldo Farías y el número dos para el lavagnista Zenón Biagosch) aparece como una señal contundente ya no sólo de la orientación de la política económica sino también del rol que esta administración le reserva al Central: el de acompañar las decisiones que se toman en el más alto nivel. Tras el nombramiento de Medina, lo más probable es que el kirchnerista Eduardo Cafaro ocupe la vicepresidencia segunda que dejará libre Branda.
El hecho de que, por lo menos hasta ahora, Redrado no tenga directores que le reporten directamente es todo un síntoma del papel reservado al BCRA. El jefe del Banco Central, en cambio, extrajo de su círculo de confianza a los economistas que pasaron a ocupar gerencias y subgerencias de la entidad. El cargo más importante fue para el gerente general Carlos Pérez, ex director ejecutivo de la Fundación Capital, consultora creada por el propio Redrado.
Este diseño resulta diferente al vigente durante los años ‘90. En aquel tiempo, el tándem Roque Fernández-Pedro Pou importó al sistema financiero el modelo de concentración y extranjerización de la economía. Pero se movieron con independencia del poder político. Por entonces, el BCRA estaba copado por economistas del ultraortodoxo CEMA. Bien perfilado a laderecha económica, Pou y Roque actuaron como un contrapoder del Ministerio de Economía.