EL PAíS › LAS ASPIRACIONES PRESIDENCIALES PARA EL FUTURO POLITICO
Los sueños de partidos a la europea
Por S. M.
Para el presidente Néstor Kirchner acelerar el proceso de refundación política de la Argentina se ha transformado en una obsesión. Piensa en el esquema de nuevos partidos políticos representativos de intereses definidos como una condición necesaria a fin de mantener el crecimiento económico sostenido del país y las políticas de Estado descriptas en la nota central, evitar nuevas crisis –o en su defecto morigerarlas– y recomponer en lo posible la confianza de la sociedad en los partidos que surgiesen de ese proceso. Kirchner imagina, ya se ha dicho, dos grandes bloques, uno de centroderecha y otro de centroizquierda. Y es categórico cuando debe ubicar al peronismo. “Debe estar en el de centroizquierda, con los radicales y los socialistas”, dice.
La reconfiguración de los grandes partidos que imagina el Presidente no es un invento complejo de imaginar. Kirchner se refleja en los partidos europeos, incluso en los estadounidenses. Sostiene que la alternancia entre ambos bloques, clara, ideológica e intelectualmente definidos, posibilita mantener políticas de Estado a través del tiempo y, con ello, evitar los ciclos de crisis recurrentes de los que dan cuenta Javier González Fraga y Martín Losteau en su reciente libro Sin atajos. Además, y centralmente, un proceso de realineamiento como el descripto permitiría recomponer los lazos hoy rotos entre ellos y la sociedad. Para ello, esos partidos deberían representar y ejecutar los intereses de esos sectores, manteniendo sus posiciones claramente. “Que cuando se diga peronismo uno sepa claramente de qué se trata”, había ejemplificado Cristina Fernández en el seminario del martes pasado en la New School University del Greenwich neoyorquina.
El Presidente cree que, si bien la tarea de realineamiento y redefinición de los partidos ya ha comenzado –él mismo es el disparador político del fenómeno–, se acentuará después del 23 de octubre, cuando tras las elecciones quede más claro dónde terminó parado cada contendiente. Imagina que si naciese un eje Duhalde-Macri, alrededor del cual se aglutinase la derecha, sería conveniente para el Gobierno; en un ejercicio de ninguneo, Kirchner suele decir que con esa derecha, ganar se hace más fácil. Pero la transición actual, la proliferación de partidos, partiduchos y partidúsculos políticos se asemeja, al paladar presidencial, a una anarquía berreta, por calificarla suavemente. “Fíjense lo de Moria... no tengo nada contra Moria, pero, ¿cuáles son sus ideas?”, se oyó decir a Kirchner ante sus colaboradores.
El Presidente lamenta la pobre performance de Ricardo López Murphy. Cree que el líder de Recrear, que en 2003 estuvo a punto de dar una sorpresa y fue uno de los nuevos emergentes políticos argentinos, se equivocó al elegir como distrito para dar pelea la provincia de Buenos Aires. El Gobierno cuenta con sondeos realizados en dos ciudades importantes del interior provincial, Tandil y Chascomús (este último, terruño natal de Raúl Alfonsín). Los números arrojan que en primer lugar se ubica CFK; segundo, muy lejos, el radical Luis Brandoni, lo sigue Hilda González de Duhalde y cierra López Murphy. Esos números no presagian nada bueno para el viejo bulldog. “López Murphy se equivocó. Debió haberse presentado en la Capital Federal, ser Jefe de Gobierno y crecer desde allí. Ahora pelea por el tercer y cuarto puesto en la provincia”, dijo Kirchner a sus consejeros, como lamentándose.
Respecto de la otra gran contrincante del Gobierno, Elisa Carrió, Kirchner ha dejado hace tiempo de ponderarla. Ahora la ve carente de destino, inlcuso si llegase a imponerse en la Capital Federal. El Presidente ha hecho el cálculo de que el ARI, además de la cosecha que obtenga en la Capital Federal, podrá ganar tan sólo un diputado más, quizá, en Rosario.”Con eso, no se puede armar nada”, sostiene Kir-chner, oteando el horizonte nacional.