Domingo, 15 de enero de 2006 | Hoy
EL PAíS › JORGE ENRIQUEZ, LEGISLADOR PORTEÑO Y FISCAL DE IBARRA
El legislador Jorge Enríquez sostiene que “el día del incendio de Cromañón quedó claro que la administración de Ibarra había abdicado al ejercicio del poder de policía”. Actuará como fiscal en el juicio político al jefe de Gobierno y eso es lo que se propone probar durante el debate oral y público con el objetivo de que sea destituido. “Nunca tuve ninguna presión de Mauricio Macri y si termina el mandato Jorge Telerman no podemos hablar de golpe institucional”, se ataja frente a quienes denuncian una maniobra del macrismo, que lo cuenta entre sus aliados. Enríquez le endilga a Ibarra haber diseñado “un sistema de control que hizo que las irregularidades fueran moneda corriente” y critica el abrazo a la Legislatura que el ibarrismo hará el próximo martes.
–¿Por qué va a pedir la destitución de Ibarra?
–Porque sostengo la acusación por mal desempeño y eso lleva necesariamente a la destitución. La función de fiscal que comparto con San Martino y Devoto es defender los intereses de la sociedad.
–¿Qué intereses de la sociedad lesionó Ibarra con su desempeño como para pedir su destitución?
–El mal desempeño generó perjuicios gravísimos: 194 muertos y 4 mil personas que han quedado con secuelas. Hubo una ineficaz e ineficiente asignación de recursos, designación de funcionarios sin idoneidad necesaria, el sistema de emergencia no funcionó adecuadamente. No digo que Ibarra sea culpable, pero sí responsable; a lo mejor no tiene responsabilidad penal o civil, pero sí política. El día del incendio de Cromañón quedó claro que la administración de Ibarra había abdicado al ejercicio del poder de policía, que es la función principal que debe tener un Estado y que se concentra justamente en el Ejecutivo. Ibarra no era ajeno a esto porque hubo trece cambios de estructura en los que él participó; él generó un sistema hiperconcentrado de controles.
–¿En qué funda su afirmación de que el gobierno de Ibarra abdicó al ejercicio del poder de policía?
–No puede ser que hoy la ciudad tenga para 80 mil establecimientos 240 inspectores.
–¿Con el criterio de que Ibarra no podía ser ajeno a lo que hacían los inspectores, no se podría pedir también la remoción del ministro del Interior, Aníbal Fernández, como responsable de la Policía Federal?
–Si hubo responsabilidades en la Policía Federal, Fernández no era el que había diseñado el aparato que hizo que fueran posibles. Acá se diseñó un sistema de control que hizo que las irregularidades fueran moneda corriente; con el respeto que me merecen las maestras jardineras, Fabiana Fiszbein no estaba en condiciones de ostentar el cargo de subsecretaria de Control Comunal. Pudo haber habido además corrupción y si se llega a demostrar, la responsabilidad ya será en ese caso de tipo civil o penal.
–¿Tiene algún indicio al respecto?
–Si lo tuviera, ya me hubiera presentado a la Justicia a declarar. Lo que sí se vio es que había negligencia y desidia. Ibarra dice que las normas eran vetustas, pero con esas mismas normas cuando nombró a Juan José Alvarez clausuró todo. A la fecha de la tragedia había 72 locales bailables que no tenían certificado de incendio. Ibarra reconoció que el 23 de noviembre debió haber estado clausurado Cromañón.
–Como legislador, ¿se planteó después de Cromañón qué responsabilidad le cabe a la Legislatura en lo que ocurrió?
–Las normas se pueden perfeccionar, pero estaban porque de lo contrario no se hubiera podido clausurar. En la época en que estuve en el gobierno de la ciudad el Estado no podía permanecer ausente si había un recital con 4 mil personas. Esa noche hubo sólo dos recitales y no hubo ni un fiscal contravencional, ni un inspector.
–La ausencia de fiscales contravencionales no es responsabilidad del Ejecutivo.
–Desde luego que no. En su momento hice un pedido de interpelación del fiscal general y no fue aprobabo.
–De su paso por el gobierno porteño al que hace referencia viene aquella vinculación que hace Ibarra entre usted y la habilitación del boliche de Once, ¿cómo lidia con eso siendo fiscal?
–Mostrando que la habilitación de El Reventón, antecedente de Cromañón, se dictó en el ’97 y está firmada por Enrique Reynaldo López, que era director del área de Certificación y Habilitaciones y dependía directamente del secretario de Gobierno Juan Octavio Gauna y no de mí.
–¿Siendo hombre de derecho, cómo toma las opiniones de un jurista como Daniel Sabsay o del mismo defensor de Ibarra, Julio Strassera, sobre las irregularidades que vienen cometiendo los legisladores?
–No hay ningún tipo de irregularidad. Ellos lo asimilan permanentemente a un proceso judicial; esto tiene normas propias y no está sometido a un rigorismo formal. La otra diferencia fundamental es que este proceso tiene un plazo fatal y fulminante de cuatro meses. La táctica de la defensa es de tipo dilatoria y por eso las excusaciones y las recusaciones.
–¿Cuáles son los cargos que se le imputan a Ibarra: los 12 del dictamen de mayoría o los 4 del de minoría?
–La causal es mal desempeño, que fue votada con 30 votos; lo que Ibarra llama los cargos son ciertas exteriorizaciones de ese mal desempeño.
–¿No es una desprolijidad no haber votado uno de los dos dictámenes?
–La Constitución dice que la causal es mal desempeño; para algunos son 12 cargos, para otros son 4 y para otros serán 16.
–¿Le parece saludable para las instituciones el papel que juegan los familiares de Cromañón en el marco del juicio político?
–Estoy muy de acuerdo con la presencia de padres en la sala porque el juicio es oral y público. Como he estado siempre en contra de los escraches de cualquier signo, estoy en contra de que los familiares realicen manifestaciones ofensivas. Y así como estoy en contra de los escraches también estoy en contra de que se hagan abrazos a la Legislatura con el propósito de presionarnos.
–Quienes convocaron a abrazar la Legislatura denuncian que se está frente a un golpe institucional urdido por el macrismo.
–Nunca tuve ninguna presión de Mauricio Macri y si termina el mandato Jorge Telerman, no podemos hablar de golpe institucional porque sacó la misma cantidad de votos que Ibarra y tiene la misma aptitud para gobernar o, incluso, más dotes de gobernante.
–¿Reniega de haber compartido no hace tanto tiempo el mismo espacio político que Ibarra?
–No, me hago cargo de todo mi pasado. En ese momento formaba parte del radicalismo y acepté que fuera jefe de Gobierno porque la UCR hizo una alianza con el Frepaso. Lo apoyé porque era mejor que los otros candidatos, pero no creía que tuviera la aptitud necesaria para jefe de Gobierno. Después empezó a cometer una serie de errores que desencadenaron lo que ocurrió en Cromañón. Fue una decepción muy grande y creo que el problema fue que nunca sintió el cargo de jefe de Gobierno, sino que lo vio como trampolín para su sueño de ser presidente o vicepresidente.
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