Miércoles, 25 de enero de 2006 | Hoy
EL PAíS › OPINION
Por Julio Raffo*
En estos días hemos podido leer numerosas notas evocando la figura del general Mitre. Resulta por lo menos curioso que nada se haya dicho sobre uno de los episodios más llamativos de su larga vida político-militar.
Me refiero a su sublevación de 1874 contra el gobierno de Sarmiento a causa de la elección de Nicolás Avellaneda. Hechos narrados por Miguel Angel Cárcano en su libro Sáenz Peña: la revolución por los comicios, del cual provienen las citas de esta nota.
En esa elección Mitre era candidato y contaba con la colaboración de famoso “...Juan Moreira... (al cual, por su destreza con el cuchillo) ... nadie podía ganarle en los comicios donde se hacía presente...”. Cuando se cuentan los votos del Colegio Electoral el perdedor se enfurece y “...lanza un violento manifiesto en el cual afirma: ‘frente al fraude la revolución es un deber para desalojar a la oligarquía oficial de hombres sin conciencia...’”.
La revolución estalla y Mitre asumió su jefatura proclamando: “... el movimiento subversivo tiene por objeto reivindicar las libertades del pueblo...” y agrega: cuando el sufragio se ve desvirtuado por el fraude, “...la revolución es un derecho, un deber y una necesidad...”.
El fundador de La Prensa, José C. Paz, se sumó al movimiento anunciando a sus lectores que dejaría de hacer los editoriales para ponerse “...al servicio del pueblo en el terreno de los hechos”.
En el puerto de Buenos Aires el coronel Obligado se apodera de las cañoneras “Paraná” y “Uruguay”, mientras José C. Paz toma comisarías en Belgrano, San Isidro, San Fernando y Caseros. En Cuyo el general Ivanowsky fue intimado a la rendición por los rebeldes, como no lo hizo fue asesinado.
El general subversivo Arredondo, en posesión de Villa Mercedes, sumó a San Luis, tomó Río Cuarto y marchó a Villa María, desde allí fue a Córdoba. El general Rivas tomó Chivilcoy y se dirigió al Tuyú a encontrarse con Mitre.
Sarmiento contraatacó, con “la pluma”, publicando una virulenta biografía de Mitre que, con certeza, no será difundida en estos días. Las fuerzas mitristas se enriquecieron con la incorporación de un importante aliado político-militar: el Cacique Catriel y mil indios “de lanza”, quienes tenían una gran capacidad de combate por su vasta experiencia en los “malones”. Con la ayuda de Catriel, Arredondo derrotó a las tropas leales en Las Catitas, batalla que dejó 350 bajas, entre muertos y heridos.
Las fuerzas leales llegaron a reunir 35.000 hombres contra los casi 14.000 que reunieron los rebeldes. La suerte de la revolución terminó el 25 de noviembre de 1874 con la sangrienta batalla de La Verde en la cual Mitre fue derrotado por el general Arias.
Según sus propias palabras, podemos decir que Mitre, entre tantas otras cosas, fue el precursor “del derecho a la revolución contra la oligarquía...”.
*Abogado y cineasta.
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