EL PAíS › UN DIALOGO PARA ENCONTRAR ACUERDOS BASICOS
“Enferma de una larga afección moral”
En un documento emitido ayer por la Comisión Permanente del Episcopado, los obispos católicos señalan que el examen acerca de las responsabilidades de todos frente a la crisis –incluyendo su propio examen como “pastores”– es “premisa indispensable para que se entable un diálogo fecundo entre los ciudadanos y sectores de la sociedad argentina, que nos lleve a acuerdos fundamentales, conforme a los cuales conducirnos en el futuro”. En el análisis, la jerarquía católica dice que es innegable que “la Patria está gravemente enferma por una larga afección moral, reflejada en los diversos órdenes, económico, político, cultural”. Pero advierten también que “el momento de gran humillación de un pueblo, puede convertirse en el comienzo de su resurgimiento”.
Según el Episcopado la condición para ello es que “reconozcamos la situación con honestidad, aunemos las fuerzas y no perdamos el tiempo en echarnos las culpas por lo acaecido, sin obviar por esto el papel de la justicia”. Se requiere entonces que “todos los ciudadanos y los diversos sectores sociales nos pongamos a trabajar con empeño por la reconstrucción espiritual y material de la Patria, aportando la cuota de sacrificio que nos corresponde”. Y en una de las sentencias más duras del documento se dice que “los dirigentes que no se sintiesen capaces de hacer los renunciamientos y esfuerzos necesarios para levantar el País deberían dar un paso al costado”.
Lo sucedido “no nos desespera” y deja paso “a la confianza de que vale la pena trabajar por salvar a la Argentina y construir en ella una Patria de hermanos”, dice el documento. Pero a ese tono positivo y de esperanza con que se inicia el texto le sigue la observación de que “los argentinos nos equivocaríamos si considerásemos este momento crítico como uno más, y no pusiésemos los remedios morales e institucionales necesarios”. Advierten los obispos que “la crisis terminal que vivimos indica una claudicación grave en la moral social; es decir, en la responsabilidad de la conducta con respecto a la sociedad y a sus diversos componentes”. Sobre esta base llaman a “examinarse no sólo las personas sino también las instituciones, privada y públicas”. Para ello “sugerimos –siguen diciendo– que todas abran un espacio de deliberación, dispuestas a reconocer graves errores y a adoptar cambios profundos de mentalidad y compartimientos. Ningún sector e institución puede decir que no es responsable de la situación que sufre la Patria. Este examen han de hacerlo muy especialmente los partidos políticos y los sindicatos, pero también las cámaras empresariales y las entidades financieras. Y, a no dudar, lo han de hacer los tres poderes del Estado y las entidades que dependen de él”, subraya el documento episcopal.