Aunque asegura que en el Consejo de las Naciones Unidas siempre la actividad es intensa, el representante argentino ante el organismo, César Mayoral, reconoce que el conflicto del Líbano lo tiene “muy preocupado”, porque parece de muy difícil resolución. Mayoral estuvo ayer supervisando el traslado del primer ministro del Líbano desde Beirut a Chipre y adelanta que es muy probable que haya que repetir la tarea cuando Fouad Siniora vuelva luego de las negociaciones de primer nivel que mantendrá en Roma. Aquí explica cómo se para Argentina ante la controversia.

–¿Cuál es la posición argentina en el conflicto en Medio Oriente?

–Lo que hemos tratado de hacer dentro del Consejo es que se pidiera el cese de hostilidades. No lo hemos logrado porque hay algunos países renuentes, fundamentalmente Estados Unidos.

–En la Cumbre del Mercosur el presidente Kirchner pidió el cese de fuego, ¿es la misma postura?

–Hay una pequeña diferencia entre el cese de hostilidades y el cese del fuego. Acá preferimos hablar de cese de hostilidades, porque eso significa que no están obligados a iniciar negociaciones inmediatamente. Como hay una parte que no es un Estado, porque Hezbolá no es un Estado, no se podría poner en práctica, porque el cese del fuego sería para dos partes que paran y que negocian.

–¿Este conflicto muestra dificultades especiales para iniciar una negociación?

–Acá hay un problema grave para negociar con Hezbolá. Lo que ha habido es un país que ha avanzado sobre otro y el otro país no se defiende a través de fuerzas armadas regulares, sino a través de una organización que no es solamente militar, que es un partido político que tiene contenido religioso y que mantiene una diferencia con Israel en una parte geográfica del territorio. Por eso, lo de Beirut, a juicio de la Argentina, ha sido un desproporcionado uso de la fuerza. No ha sido legítima defensa. No obstante, siempre hemos condenado a Hezbolá por haber sido quien inició el conflicto habiendo raptado a los dos soldados israelíes en una acción irresponsable y provocadora. Pero después hemos condenado a Israel por el uso desproporcionado de la fuerza y por atacar blancos civiles y aeropuertos.

–¿Y en cuanto a la invasión al sur del Líbano?

–Ahí había una “línea azul” que dividía al sur del Líbano de Israel. En esa línea estaba la fuerza de Naciones Unidas, a partir de la toma de dos soldados por Hezbolá, Israel rompe la línea y empiezan los combates en el sur del Líbano. Pero después Israel lleva ataques aéreos a otras partes del Líbano, y eso es lo que la Argentina ha cuestionado.

–¿Brasil tiene una postura diferente?

–Salvo un comunicado, Brasil no se ha expresado porque no es miembro del Consejo de Seguridad. Pero la situación es diferente que en la Argentina, porque tiene 60 mil brasileños viviendo en el Líbano, además de que posee una comunidad judía mucho más chica que la nuestra. La posición de Brasil se parece a la nuestra pero es más activo en la condena a Israel.

–¿La ONU va a mandar una fuerza de paz?

–La reunión que habrá mañana (por hoy) en Roma es el primer paso. Por eso lo que primero dijimos era que pararan las hostilidades para empezar a negociar una ayuda humanitaria y después el envío de una fuerza internacional, pero para eso hace falta una resolución de Naciones Unidas. El primer paso es el cese de hostilidades, el segundo ayudar a la población civil, el tercero una resolución que envíe tropas.

–¿Argentina se sumaría a esa eventual fuerza de paz?

–A partir de que se conforme una fuerza internacional, eso lo decidirá el Presidente. Pero la fuerza internacional hay que ver quiénes la piden, quiénes la componen. Ya es de una complejidad más grande.

–¿Más firme, entonces, es la posibilidad de enviar un contingente de Cascos Blancos?

–Cascos Blancos es una organización no gubernamental que va a ser ayuda humanitaria, no es un tema de Naciones Unidas. Pero para esa posibilidad tiene que haber condiciones de paz, si no es imposible que ingresen.

–¿Cómo le parece que se va a desarrollar el conflicto?

–Creo que va a tardar un poco más en llegar la solución. Aquí esperamos que la reunión de Roma salga bien. También es vital lo que decida hacer Estados Unidos. A partir de ahí se iniciarán las negociaciones acerca de cómo se vuelve a la normalidad. Eso tiene que ir enmarcado en algo más grande, que es un proyecto de paz para toda la región.