“Espero que los jueces hayan tenido en cuenta estas circunstancias, confío en que no haya ninguna voluntad de apresurar el fallecimiento de la señora”, señaló el abogado Humberto Linares Fontaine, representante de Isabel Perón, al referirse a los problemas de salud de la viuda de Perón. Su colega Atilio Neira fue menos dramático. Aseguró a este diario que la ex presidenta se enteró de manera casi inmediata del nuevo pedido de detención de la justicia argentina, en este caso por parte del juez federal Norberto Oyarbide, en la causa sobre los crímenes de la Triple A. Sin embargo, se excusó de dar detalles “personales” de la viuda de Perón. Neira confió en que los “largos plazos de los procesos de extradición” le permitirán hacer un estudio minucioso de los expedientes en los que está acusada su defendida. A diferencia de lo que señaló Linares Fontaine, reiteró que su estrategia no se basará en la salud de Isabel sino en que la ex presidenta y sus colaboradores diseñaron un “procedimiento para el tratamiento de los detenidos”, que se pueden reconstruir a través de los decretos y archivos parlamentarios de la época.