“Idiotas” y “salames que se creen guapos”. Así calificó ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, a los dos oficiales de la Escuela de Cadetes de la Policía Federal denunciados por el “baile” que terminó con 22 aspirantes internados, además de asegurar que no sólo se decidió su “puesta en disponibilidad”, sino que también se les “cortó la carrera”.

“Idiotas hay en todos lados, desgraciadamente. Nosotros nos enteramos de esta situación, inmediatamente lo conversamos con el jefe de Policía, dimos instrucciones para que comenzaran el sumario y se determinó la disponibilidad de los dos oficiales que han participado de este tema”, aseveró, ofuscado, el ministro.

Con un lenguaje no muy lejano al que deben haber utilizado los oficiales al someter a los jóvenes al baile, Fernández arremetió contra ellos en la puerta del Churruca, ante los medios. Sostuvo que “la formación de un buen policía tiene que ser del intelecto y también de la preparación física, pero de una preparación que haga a su rendimiento, a su mejoramiento físico y masa muscular, pero no para que un salame, creyéndose que es más guapo que los otros, haga este tipo de inequidades y lastime”.

En el mismo sentido, informó que el ministerio que conduce tomó “en un día” la decisión de “cortar la carrera de estas dos personas, que ya está demostrado que no pueden estar con personal a cargo porque lo que han cometido es muy severo”. A eso le agregó que el episodio “no acepta ningún tipo de análisis”.

“Los derechos humanos no son una concesión que las fuerzas le hace a las sociedad, sino que es intrínseco a ellas”, sobre todo en “una Argentina donde las fuerzas de seguridad tienen que estar absolutamente profesionalizadas”, manifestó en la jornada en que se conoció este hecho, ocurrido el pasado viernes.