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Empleado público

En cuanto fue citado a indagatoria por las presuntas coimas del caso Skanska, Fulvio Madaro perdió por un decreto presidencial su lugar de presidente del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas). Lo mismo le pasó al ex titular de Nación Fideicomiso Néstor Ulloa. En aquel entonces, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, explicó que la decisión de “separar a los funcionarios involucrados” se debía a la intención de “facilitar la acción de la Justicia”. Pero los caminos de la burocracia resultan inescrutables. Madaro mantiene un puesto de empleado de la Aduana, cargo en el que estaba de licencia mientras se desempeñaba en el Enargas, según informaron fuentes judiciales a Página/12. Madaro trabajó allí desde 1992 en diferentes funciones. En 2003 desembarcó como interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones y un año después asumió en el Enargas. Este ente fue el encargado de auditar la adjudicación de las obras de los gasoductos Norte y Sur, donde se sospecha que hubo sobornos y sobreprecios. En la Aduana, a Madaro, de 51 años, no le habrían asignado en esta oportunidad ninguna tarea específica, pero para poder despedirlo deberían esperar a la evolución de un sumario administrativo.

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