- Liliana Heker (escritora): “Era un genio, un tipo único en todo lo que hacía. Sobre todo en ese manejo excepcional que tenía del lenguaje, un talento para narrar y captar situaciones, para imaginar. Además, era un tipo excepcional, de ahí que sea una muerte terriblemente dolorosa. Charlar con él era un experiencia hermosa, eso se nos perdió: lo otro, su producción, va a quedar. No fui su amiga, pero tengo una tristeza y un sentimiento de pérdida que no es frecuente”.

- Juan Martini (escritor): “Se murió no sólo un amigo de 40 años, sino uno de los dibujantes humoristas escritores artistas más importantes desde 1950. Nos conocíamos desde los 25 años, cuando empezamos en Rosario en la revista Boom, él a hacer humor, yo a hacer notas de costumbres, ciudad y libros. Un día pasó por mi librería y me dejó unos cuentos. Yo tenía una editorial y los publiqué como Fontanarrosa se la cuenta, que luego se reeditó como Los trenes matan a los autos. Se va un testigo, un hermano, un espejo de mi vida”.

- Hugo Varela (actor): “Su calidad de artista no solamente era en el dibujo o el comentario e inclusive en mesas de café: su creatividad y su potencia de artista aparecía siempre. Fue muy bueno todo lo que produjo para el humor, el arte y la cultura, por lo fino, lo estético, lo popular, por la cantidad de facetas en la cosa artística como el dibujo, la historieta, los textos, los cuentos, esas piruetas que hacía de delirio”.

- Crist (dibujante): “Debe ser el tipo de más talento que conocí, el más inteligente. Quizás en una reunión no hablaba mucho, pero, de pronto, ponía una mano de noqueador. Lo que más voy a extrañar es conversar con él. Compartíamos mucho nuestro trabajo. Nos conocimos en Córdoba cuando Hortensia iba por el número 17. Le había gustado mucho la revista y se vino. Estuvo dos o tres días y se hizo muy amigo mío porque compartíamos muchas cosas, la edad, los escritores que nos gustaban, los dibujos”.

- Sendra (dibujante): “Revolucionó el humor. Lo que luchó estos años, y no dejó de lado el humor, se apoyó en él. Tenía la categoría de maestro. No lo miraba de igual a igual, si bien empezó sólo un tiempo antes que yo. No hay nada suyo que haya estado mal. Generó y nos dio un humor difícil de describir. Quiero rescatar los valores que mantuvo, la entereza en su forma de mostrarse, a pesar de la enfermedad”.