EL PAíS › OPINION
El equivalente Jagüel
Por Horacio González *
La crisis del dinero, vehículo genérico de confianza, es simultánea con la aparición del cartón como equivalente monetario del trabajo. El uso de carritos de autoservicio para la recolección de sobras urbanas es el equivalente infausto del traslado de mercancías en la tensa calma del supermercado. Guardar lugares en las colas es la equivalencia entre el dinero y el tiempo de los cuerpos serializados. Las personas que revisan teléfonos públicos buscando improbables monedas olvidadas en la boca del aparato son el equivalente a un proletariado de la desesperación. Hay cuerpos secuestrados que equivalen a moneda rápida, un cafecito de parado. Brigadas de antisecuestro secuestran. Las policías se encaminan a convertirse en equivalentes de la ilegalidad de la colecta impositiva, una economía de redes clandestinas de recaudación. Los destacamentos policiales son microaduanas cuyo vacío de ley produce divisas barriales, oscuras plusvalías del miedo. Se sospecha que el crimen tiene origen policial pero también hay un deseo de policía.
La sociedad nacional se desgarra en hemisferios espejados. Poco a poco, una comunidad desmoronada y menoscabada llega a dos sentimientos abismales y contradictorios: dar fuego a los recintos policiales y dejar correr un sordo reclamo de pena de muerte. Esta hélice frenética se apila como cartón en el inconsciente colectivo. Salir del “equivalente Jagüel” equivale a encontrar las verdaderas formas de justicia que reconstruyan la vida popular.
* Sociólogo, docente universitario.