Lunes, 26 de noviembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › CUATRO INTELECTUALES ANALIZAN EL CONFLICTO
El novedoso autobloqueo uruguayo representa “un paso más en la escalada” de confrontación entre Argentina y Uruguay. A la vez, la medida del gobierno de Tabaré Vázquez abre una incógnita en el terreno de la delicada política internacional. Eso opinan los analistas consultados por Página/12.
“Que oficialmente se corte la frontera es negativo porque, de cara al mundo y al Mercosur, la imagen que se deja es horrible”, cree el director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata, Norberto Consani. El abogado, que también es docente titular de la cátedra de Derecho Internacional Público, opina que lo ocurrido no es “nada nuevo” ya que va “en la misma línea con la destrucción de la identidad rioplatense”. Sin embargo, considera que el alerta se debe intensificar: “Acá puede pasar cualquier cosa, y nuestro rol (el de los intelectuales) es advertir que esto puede terminar en una tragedia. Tengamos presente que si hubiera un muerto se retrocedería años en el vínculo entre ambos pueblos. Esto va camino a una crónica de un desastre anunciado”.
En términos legales –para Consani– el autobloqueo jugará “enormemente en contra de Uruguay”. Para llegar a esta conclusión, se basa en lo resuelto por la Corte de La Haya, que condena cualquier acción que agrave el conflicto.
Sin embargo, el geógrafo Carlos Reboratti, autor junto con Vicente Palermo del libro Del otro lado del río. Ambientalismo y política entre argentinos y uruguayos, minimiza las repercusiones que esta decisión pueda acarrear en La Haya. Desde su perspectiva, el cierre es “un tema temporal porque mañana (por hoy) seguramente se abrirán los puentes”. Pero, en cuanto a las relaciones bilaterales, “el hecho representa un paso más en la complicada relación entre ambos países. No dejemos de recordar –agrega este profesor de la UBA– que del lado argentino hubo también acciones que no han ayudado. Por ejemplo, el puente San Martín (que une Gualeguaychú y Fray Bentos) permanece hace meses cerrado ignorando la solicitud del tribunal del Mercosur, que pide darle libre circulación”.
Más allá del aspecto político, tanto el sociólogo Torcuato Di Tella como Reboratti coinciden en que “Uruguay tiene todo el derecho, como país soberano, de bloquear sus fronteras si se siente amenazado”. A pesar de que los asambleístas anunciaron con insistencia el carácter pacífico de su movilización, Di Tella apunta: “Es bastante lógico que Tabaré corte los puentes como reacción a que los vecinos de Gualeguaychú los cortaron durante más de un año y a las amenazas de hacer actos que muy probablemente terminen en violencia”.
Según Reboratti, la consecuencia más nociva de la “radicalización del conflicto es que Argentina ha dejado que se fogonee un nacionalismo en Uruguay. Ese es uno de los efectos más deplorables de este proceso en el que un país grande y poderoso como el nuestro pretende avasallar a uno más pequeño”.
El sociólogo Atilio Boron estima que “todo esto tiene que ver con el nerviosismo que ha generado el incidente de la escuela de Fray Bentos”, cuando seis alumnas y la maestra sufrieron náuseas y mareos provocados por olores emanados desde la pastera Botnia. “La conducta profundiza el conflicto de manera innecesaria. Resulta evidente que el gobierno de Uruguay está cometiendo un error muy grande al agravar su fallido inicial de haber autorizado la localización de las pasteras en zona fronteriza, cosa que hubiera requerido, no sólo por razones diplomáticas sino por buena vecindad, acuerdo previo con el gobierno argentino. Este gesto inamistoso es un nuevo paso más en escalada que se suma a la autorización justo cuando se desarrollaba la Cumbre en Santiago”.
Informe: Diego González.
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