ESPECTáCULOS › “CAFE DE LOS MAESTROS”, UN AMBICIOSO
PROYECTO QUE REUNE A UN IRREPETIBLE GRUPO DE TANGUEROS
La gran selección del género que seduce al mundo
El proyecto impulsado por Gustavo Santaolalla y Gustavo Mozzi comienza con un disco de lujo, pero seguirá con un concierto en el Colón, un libro de fotos, un DVD y hasta una película.
Por Karina Micheletto
A alguien se le tenía que ocurrir: reunir a las glorias vivas del tango y mostrar lo que son capaces de hacer hoy, todos juntos. Ese alguien no pertenece estrictamente al tango, aunque venía coqueteando con el género por el lado de la electrónica, y cada vez que se asocia su idea con un Buena Vista Social Club tanguero recuerda que él y León Gieco ya habían hecho antes De Ushuaia a La Quiaca, y que la cosa viene por ahí. Fue Gustavo Santaolalla, junto a Gustavo Mozzi, el que convocó a un seleccionado de nombres que hicieron y hacen historia en el género: Horacio Salgán, Leopoldo Federico, Mariano Mores, Ubaldo de Lío, Atilio Stampone, Nelly Omar, Emilio Balcarce, José Libertella (fallecido el año pasado), entre otros. Así surgió el Café de los maestros, en principio un disco doble que hoy sale a la venta y que se vende en forma separada o en una caja de lujo. Pero hay más: pronto saldrá un libro de fotos, reportajes y anécdotas de la grabación, el 12 de diciembre habrá un concierto en el Colón, del que a su vez surgirá un DVD, y hasta se piensa en un largometraje dirigido por Walter Salles. El estelar Café de los maestros fue presentado ayer en el teatro Ateneo, en un despliegue de producción que incluyó una alfombra roja por donde desfilaron las estrellas tangueras frente a productores, músicos y periodistas de todo pelaje.
Aquello que sobre el escenario era anunciado por Tom Lupo como “la sensación de estar viviendo un momento histórico” se develó cuando se corrió el telón y quedó en escena la formación. Allí estaba el equipo completo: Salgán, De Lío, Federico, Stampone, Mores, Balcarce, Osvaldo Berlingieri, Carlos García, Virginia Luque, la uruguaya Lágrima Ríos, Alberto Podestá, Aníbal Arias, Osvaldo “Marinero” Montes, Gabriel “Chula” Clausi, Emilio de la Peña, Oscar Ferrari, Juan Carlos Godoy, Carlos Lázzari, Fernando Suárez Paz, Osvaldo Requena, además de Santaolalla y Mozzi. En los discos también participaron Nelly Omar, que no estuvo para la foto, y tangueros de la nueva guardia como Cristóbal Repetto y el pianista Andrés Linetsky.
Enseguida, en el corto de presentación, aparecerá la estética que domina a la producción, pensada para un público local pero también, por supuesto, para exportar a ese mundo donde el tango triunfa y vende. Claro que con una estética reacomodada: allí donde el tango for export hace brillar la lentejuela, esta vez la imagen devuelve una milonga en el Club Sunderland; allí donde mostraba el trillado Caminito, aquí aparece la hinchada de Boca y los conventillos del barrio. Y en el medio, la cocina de la grabación, que se hizo en los míticos Estudios Ion, por los que pasaron en las décadas de oro la mayoría de los tangueros aquí convocados, y con el mismo técnico de sonido, el Portugués Da Silva. Así se ve a Nelly Omar secándose las lágrimas tras escuchar su registro, a Alberto Podestá explicando qué es el famoso percal que da nombre al tema que grabó, a Mariano Mores reencontrándose con Ernesto Baffa y diciéndole: “¡Qué bien se te ve! ¿Cuántos tenés?”. “72”, responde el bandoneonista, para completar al oído: “Pero ojo que me quedo corto”.
La producción, que llevó dos años de trabajo, implicó condiciones de grabación inusuales en la actualidad, como la toma simultánea de instrumentos, y una tarea de recuperación que incluyó la desgrabación de arreglos originales cuyas partituras estaban perdidas. Además de los arreglos cuidados al máximo o de haber conformado orquestas a medida de cada tema (ver aparte), el Café tuvo el mérito básico de haber reunido a todas las estrellas en un contexto como el del tango, que no siempre promueve las fraternidades. Por eso la foto que se vio ayer en la presentación, con todas las glorias juntas, tiene su propio valor. Cuando llegó el turno de las preguntas, Luis Pedro Toni se anunció como representante de Radio 10 y fue silbado por parte de la concurrencia, pero la suya fue una pregunta atinada: ¿cómo se logró esa foto? La respuesta llegó de Santaolalla: “Me acerqué a este proyecto con pasión e ignorancia, porque no soy experto en ningún estilo musical. Gran parte de la idea era una sumisión del ego y del divismo por un aporte al gran proyecto del tango. Estos grandes maestros se acercaron con humildad y entrega. Y todos lo disfrutamos, se vivieron momentos hermosos”.
La idea, explicó Mozzi, es recuperar el sonido de las dos décadas de oro del tango: la del ’40, marcada por cuatro orquestas por donde desfilaron gran parte de los artistas convocados (las de Di Sarli, D’Arienzo, Troilo y Pugliese), y la del ’50, “que ellos iluminaron, desarrollando sus propios estilos”. Stampone acercó una definición: “En la historia del tango nunca hubo un éxito como el actual a nivel mundial. Regiones enteras que no tienen nada que ver con la cultura rioplatense adoptaron al tango. Este proyecto viene de la mano de ese fenómeno, y bienvenido sea, porque el punto de partida fueron cuatro orquestas fundamentales, y por la forma en que trabajó Santaolalla. Nosotros estábamos acostumbrados a otro tipo de producciones, más caseras. El, que viene de otro mercado, nos demostró que este éxito mundial se puede cristalizar en una producción de calidad”.
A su turno, Virginia Luque y Lágrima Ríos mostraron su emoción y su agradecimiento: “Estoy como niño en Día de Reyes, viviendo un momento que nunca imaginé, representando a Montevideo. Gracias por haber considerado que esta mujer, a sus 80 años, merecía estar en este lugar”, dijo la uruguaya. Leopoldo Federico contó que estuvo a punto de no participar por problemas de salud. “Me convencieron los músicos de mi orquesta y Gustavo Mozzi, que me llamaba a cada rato por teléfono. Se los agradezco enormemente, porque me hubiera arrepentido de no estar hoy acá. Y le agradezco al maestro Salgán, que me permitió grabar con él La llamo silbando, igual que hace cincuenta años. Volver a grabar ese tema fue como volver a vivir.”
Si hubiera que señalar a una figurita difícil, ésa sería, seguramente, la de Salgán. Hace rato que el pianista y director no realiza actuaciones, y su hijo lo reemplaza en el Quinteto Real. “¿Qué fue lo que lo convenció esta vez para dar el sí?”, le preguntó Página/12. “Todos los eventos que empujen hacia el tango van a contar con mi apoyo, siempre. Esta posibilidad de reunir a tantos maestros del tango hace que uno se conmueva y que también quiera estar. Así como en el aspecto turístico los argentinos todavía tenemos que descubrir la Argentina, también tenemos que descubrir al tango. Así que todo lo que sume al tango va a contar siempre con el apoyo de todos nosotros.”