ESPECTáCULOS › DESDE HOY, CUATRO SEMANAS DE HOMENAJE A LA OBRA DEL CINEASTA FRANCES FRANÇOIS TRUFFAUT

“Para mí, hacer una película es mejorar la vida”

La Sala Lugones del Teatro San Martín presenta una retrospectiva del director de "Los 400 golpes", "Disparen sobre el pianista" y "Jules y Jim", entre otros films notables.

“He aquí por qué soy el más feliz de los hombres: realizo mis sueños y me pagan por ello, soy director de cine”, dijo alguna vez François Truffaut (1932-1984). “Para mí, hacer una película es mejorar la vida, arreglarla a su manera, es prolongar los juegos de la infancia, construir un objeto que es a la vez un juguete inédito y un vaso en el cual se colocarán –como si se tratara de un ramo de flores– las ideas que nos expresan”, explicaba. Para volver a ese ideario, el Teatro San Martín y la Cinemateca Argentina han organizado una muestra denominada “François Truffaut: una retrospectiva”, que se realizará desde hoy y hasta el martes 18 de junio en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530). El ciclo estará integrado por 22 films del gran director francés, una figura esencial en el cine europeo de la segunda mitad del siglo XX, primero como crítico en las páginas de Cahiers du Cinéma, y luego como realizador con títulos fundantes de la nouvelle vague, el movimiento que revolucionó la manera de concebir al cine. Nada mejor que la palabra del propio Truffaut para comentar cada una de las películas que forman parte del ciclo:
- Los 400 golpes (1959), con Jean-Pierre Léaud, Albert Remy.
“Si hay una tesis en nuestro film podría ser ésta: la adolescencia deja un recuerdo placentero sólo a aquellos adultos que son incapaces de recordar” (Hoy a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Disparen sobre el pianista (1960), con Charles Aznavour, Marie Dubois.
“En la literatura de David Goodis me gustan muchas cosas: los personajes, la acción, pero sobre todo su estilo, la forma en que escribe. Creo que un libro puede ser adaptado solamente a partir de su estilo (...) No hay que buscar la realidad en esta película. Ni en la familia de armenios en la nieve, cerca de Grenoble, ni en el bar de Levallois-Perret (uno no baila en los bares). Hay que buscar simplemente el placer de mezclar las cosas y ver qué sale de esa mezcla” (Mañana a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Jules et Jim (1962), con Jeanne Moreau, Oskar Werner, Henri Serre.
“Comenzando con la situación más escandalosa posible –dos hombres y una mujer viviendo juntos a través de toda una vida–, tenía que hacer una película sobre el amor que fuera lo más pura posible, tenía que hacerlo a través de la inocencia de los tres personajes, de su integridad moral, de su ternura y por sobre todas las cosas de su sentido de decencia” (Viernes 24 y domingo 26 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La piel dulce (1964), con Jean Desailly, Françoise Dorléac.
“Es la historia, muy realista, de un adulterio, que da una idea muy antipoética del amor, como si fuera, de alguna manera, el reverso de Jules et Jim, su respuesta polémica. Lo que más me interesa es el personaje de la mujer traicionada: siempre se hace de ella el personaje menos atractivo, pero aquí ella es vista de la manera más anticonvencional posible, como si fuera el equivalente de Jules” (Lunes 27 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La novia vestía de negro (1967), con Jeanne Moreau, Claude Rich.
“Deliberadamente me forcé a mí mismo a filmar un material lo más lejano posible de mi propia vida, aquellas novelas norteamericanas que amo tanto y de las cuales La novia vestía de negro, de William Irish, es una de las clásicas. Los cinco hombres que Julie se cruza en su camino nos remiten al principio de enumeración que hace de los cuentos de hadas lecturas fascinantes: Ricitos de Oro y los tres ositos, Los tres chanchitos y el lobo, Blancanieves y los siete enanitos. ¿Cómo se logra en cine esta atmósfera de cuento de hadas? A través de un esfuerzo constante de simplificación y estilización visual” (Martes 28 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La hora del amor (1968), con Jean-Pierre Léaud, Claude Jade.
“Aquí volvemos a encontrar a Antoine Doinel, cinco años después del episodio de Antoine y Colette, que formaba parte del film El amor a los veinte años. Construí la historia como una crónica, pero una crónica lo suficientementeabierta como para dejar siempre la última palabra a la improvisación. Después de Farenheit 451 y La novia vestía de negro sentía la necesidad de volver a lo concreto, a los pequeños acontecimientos de la vida, aun cuando nunca perdí de vista el famoso dicho de Renoir: la realidad siempre es un cuento de hadas” (Miércoles 29, a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La sirena del Mississippi (1969), con Jean-Paul Belmondo, Catherine Deneuve.
“En La novia vestía de negro había cinco crímenes y aquí sólo uno. La sirena... es sobre todo el relato de una degradación a través del amor, de la pasión. A pesar de que tengo la reputación de filmar muchas historias de amor, siento que aquí lo hago realmente por primera vez. No hay otro hombre u otra mujer y me pude concentrar enteramente en la intimidad de esa pareja” (Jueves 30 y viernes 31 a las 14.30, 18 y 21).
- El niño salvaje (1970), con Jean-Pierre Cargol, François Truffaut.
“Había leído en Le Monde la crítica de una tesis de Lucien Malson sobre ‘niños salvajes’, niños que fueron privados desde su nacimiento de todo contacto con otros seres humanos y que, por una razón u otra, crecieron en un total aislamiento. Como en otros films, traté de describir a un personaje que está por afuera de la sociedad: no rechaza la sociedad, la sociedad lo rechaza a él” (Sábado 1º y domingo 2 de mayo, a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Domicilio conyugal (1970), con Jean-Pierre Léaud, Claude Jade.
“Me parece que este nuevo capítulo en la vida de Antoine Doinel es realmente un film sobre el lenguaje. Por un lado, están las banalidades, los clichés, las tonterías que se dicen en la vida cotidiana. Y por otro, las dificultades de comunicación con los extranjeros, como el jefe norteamericano o la amante japonesa” (Lu nes 3 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Las dos inglesas (1971), con Jean-Pierre Léaud, Kika Markham.
“El héroe de Las dos inglesas (en realidad el joven Henri-Pierre Roché) es algo así como un joven Proust que se enamora de Charlotte y Emily Brontë y que ama a las dos durante más de diez años sin poder decidirse por una o por otra. No es un film erótico sino una película de sentimientos” (Martes 4 a las 14.30, 18 y 21).
- Una chica tan linda como yo(1972), con Bernadette Laffont, Charles Denner.
“Ni bien termino una película triste, tengo un único deseo: hacer una película alegre. Es el caso de Una chica..., que pretende ser graciosa. Es una especie de ensalada mixta de Disparen sobre el pianista con La novia vestía de negro y algo de Los mocosos” (Miércoles 5 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La historia de Adela H (1975), con Isabelle Adjani, Bruce Robinson.
“Fue en 1969 cuando por primera vez sentí el deseo de hacer una película cuya heroína fuera Adele Hugo. L’histoire d’Adèle H, que se parece a una pieza musical para un único instrumento, no necesita demasiadas explicaciones preliminares. Digamos sólo que, decididamente incapaz de hacer films ‘contra’, continúo haciendo films ‘a favor de’ y que tengo el mismo amor por Antoine Doinel que por Adele Hugo” (Jueves 6 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La piel dura (1976), con Geory Desmouceaux, Jean-François Stévenin.
“Más de doscientos chicos pasan por esta historia. Y la responsabilidad de un cineasta es mucho mayor cuando está filmando con niños. Por eso es que me siento ofendido cuando un director piensa que puede mezclar a un chico en un asesinato o en una historia de gangsters. Un film con chicos puede hacerse simplemente contando cosas simples, porque el drama de la infancia está en la vida cotidiana” (Viernes 7 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- El amante del amor (1977), con Charles Denner, Brigitte Fossey.
“Si una sola oración pudiera servir de denominador común a todos los asuntos amorosos de Bertrand, sería aquella de Bruno Bettelheim en La fortalezavacía: ‘Parece que Joey nunca tuvo demasiado éxito con su madre’...” (Sábado 8 y domingo 9 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- La habitación verde (1978), con François Truffaut, Nathalie Baye.
“‘El número que usted marca ya no corresponde a un abonado en servicio’. Cada año debemos tachar nombres de nuestra agenda telefónica y llega un momento en el que nos damos cuenta de que conocemos más gente muerta que viva. Esta observación simple es lo que me llevó a escribir el guión de La habitación verde, basado en los apuntes biográficos que Henry James dedicó con fidelidad a la memoria de su novia muerta” (Martes 11 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- El amor en fuga (1979), con Jean-Pierre Léaud, Claude Jade.
“Le di la forma de un mosaico, de un patchwork. La verdad es que yo pensaba que ya había terminado con Antoine Doinel después de Domicilio conyugal, pero cuando me contaron que en Dinamarca había gente joven que se pasaba todo el día en un cine viendo a Doinel creciendo, enamorándose y también madurando, me vino la idea de hacer un último Doinel” (Miércoles 12 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- El último subte (1980), con Catherine Deneuve, Gérard Depardieu.
“Es parte de una trilogía cuyo tercer film todavía está por hacerse y que debería ocuparse del music hall. Al escribir el guión con Suzanne Schiffman, mi intención fue la de hacer por el teatro lo que ya había hecho por el cine en La noche americana; la crónica de una troupe en pleno trabajo, en un marco que respetara las unidades de lugar, tiempo y acción” (Jueves 13 a las 14.30, 18 y 21).
- La mujer de la próxima puerta (1981), con Gérard Depardieu, Fanny Ardant.
“¿De qué trata La mujer de la próxima puerta? Del amor y, por supuesto, del amor frustrado, sin el cual no habría ninguna historia. El obstáculo entre los dos amantes no es aquí el peso de la sociedad, no es la presencia de los otros, ni siquiera la disparidad entre dos temperamentos muy distintos, sino, bien por el contrario su similitud” (Viernes 14 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Confidencialmente tuya (1983), con Fanny Ardant, Jean-Louis Trintignant.
“En La novia vestía de negro, yo sabía que el público iba a querer ver a Jeanne Moreau matando a cinco hombres. No sentía que estuviera corriendo ningún riesgo. Confidencialmente tuya es parecida, pero hay también un aspecto experimental: mezclar el thriller con la comedia de pareja. Quería ver si todo eso podía funcionar en un mismo film. Y también presentar a Fanny Ardant –que tiene una reputación lírica y romántica– como la heroína de una comedia, un poco en el estilo de Katharine Hepburn” (Sábado 15 y domingo 16 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- François Truffaut, retratos robados (1993), de Serge Toubiana y Michel Pascal, con testimonios de Gérard Depardieu, Claude Chabrol, Fanny Ardant, Eric Rohmer y otros (Lunes 17 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).
- Los mocosos (1957), con Bernadette Lafont, Gérard Blain.
“En esa época, tenía la intención de rodar varios episodios sobre niños. Pero probablemente era demasiado tímido y no me atrevía a filmar historias que había escrito solo. Entonces encontré ese cuento de Maurice Pons, que tenía sobre todo una ventaja concreta: todo ocurría al aire libre. No hacía falta ninguna iluminación artificial, aparte de la breve escena del cine.”
- Antoine y Colette (1961-1962), con Jean-Pierre Léaud, Marie-France Pisier.
“Cuando acababa de finalizar Jules et Jim me propusieron el episodio francés de El amor a los veinte años. Pensé que podría ser gracioso volver a utilizar a Antoine Doinel y mostrar su primera historia de amor. Además, era fácil hacerlo. Pero en ese entonces no pensé que algún día rodaría La hora del amor. Realmente me divertí mucho con ese episodio, lo rodamos en una semana, con mucha improvisación y muy rápidamente. Luego lamenté que sólo se tratara de un episodio. Podríamoshaber rodado perfectamente una hora y media” (Martes 18 a las 14.30, 17, 19.30 y 22).

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Una imagen de “La historia de Adela H” (1975), con Isabelle Adjani.
 
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