Viernes, 2 de enero de 2015 | Hoy
PSICOLOGíA › COMUNICACIóN NO VERBAL EN LOS ENCUENTROS
Por Pere Estupinyà *
En dos tercios de los primeros encuentros, es claramente la mujer quien da pistas al hombre para que se acerque a conversar. Así lo discierne Monica Moore, psicóloga de la Universidad Webster en San Luis, que efectuó investigaciones sobre las técnicas de flirteo. Se grabaron situaciones en clubes, parques o laboratorios, y se observa repetidamente que cuando el chico da un paso casi siempre es precedido por invitaciones no verbales de la chica. Por ejemplo, un hombre inicia la conversación después de que la mujer le ha mirado, o le pasa el brazo por encima del hombro cuando ella se aproxima solicitando no verbalmente un abrazo. Obvio que no es siempre así, pero la doctora Moore insiste en que “aunque el hombre parece llevar la iniciativa, los primeros pasos no verbales siempre los da la mujer. Los chicos reaccionan cuando perciben una invitación inconsciente”.
El inconsciente es revelador. Si estáis en una fiesta y de repente cruzáis la mirada con alguien, lo normal es que ambos la apartéis de repente, pero si pasados dos segundos os giráis por instinto y las miradas coinciden de nuevo, podéis confiar en que no ha sido por casualidad sino por interés. Si aguantáis la mirada un poquito, uno de los dos esboza media sonrisa y es respondida, la primera fase del cortejo no verbal se ha realizado. Y es que la mirada continúa siendo el principal elemento en la comunicación no verbal, tanto involuntaria como controlada. En un estudio holandés en el que se preguntó a chicos y chicas cómo procedían para mostrar interés a alguien que les resultara atractivo, los hombres se inclinaban por aproximarse a hablar, pero la mayoría de las mujeres decían utilizar el contacto visual como el principal vehículo de iniciación.
Tratándose de las señales no verbales de seducción, los expertos observan infinidad de sutilezas, como esconder la pancita y mantener la espalda recta, recolocarse bien la ropa, ya sea la camisa o el vestido, y especialmente en los hombres posicionar el cuerpo de manera que cierre el campo visual de la mujer. Si veis a un chico inclinarse hacia una mujer cuando le habla, gesticular, mover mucho las manos y asentir con la cabeza de manera casi exagerada, es que está claramente interesado. Y si la chica humedece los labios de manera involuntaria o tuerce un poco el cuello al tiempo que lo mira fijamente a los ojos con sus pupilas dilatadas, mejor dejar de hablar, sonreír y darle un beso. Pero tan importante como las señales de atracción son las señales de rechazo. El bostezo espontáneo resulta muy obvio, y ni se les ocurra comprobar su teléfono por muy adictos que sean al correo electrónico, porque representa uno de los signos más claros de desinterés. Esperen a revisar los mensajes cuando se levante para ir al baño, como hacen instintivamente todos los dates.
En uno de sus últimos estudios, la doctora Moore clasificó diecisiete actitudes asociadas al rechazo. Por ejemplo, si una chica está interesada, inclina su cuerpo hacia adelante, y si no, lo lleva hacia atrás. Si cruza los brazos es muy mala señal, y si se toca las uñas o mueve los dientes, no es que esté nerviosa sino que se encuentra incómoda y quiere escapar. Verán que pronto empieza a desviar la mirada, las piernas se mueven inquietas y no tardará en dejar de sonreír tan fácilmente como antes. Y si en un momento determinado empieza a llevar la contraria en temas banales en lugar de asentir, podemos interpretarlo como otra de las señales más claras de rechazo. Estamos hablando, obviamente, en el contexto de los primeros encuentros.
No deja de ser muy obvio, pero Monica Moore asegura que “los chicos más exitosos son los que saben decodificar mejor las señales no verbales de atracción o rechazo en sus potenciales parejas”. Incluso en un estudio en el que pasaron test a voluntarios que acudían a talleres para mejorar sus habilidades en el arte del levante, vieron que los poco exitosos identificaron significativamente menos señales de cortejo que un grupo control.
Un dato adicional: un curioso estudio publicado en 1992 a partir de observaciones de quinientas parejas en espacios públicos concluyó que durante las etapas de cortejo es el hombre quien suele iniciar el contacto físico o caricias, y en parejas ya casadas empieza la mujer.
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