Aunque permanecen vinculados con la causa, dos de los cinco detenidos por el crimen del administrador de la Aduana de Misiones –asesinado el viernes en su casa de la ciudad misionera de Bernardo de Irigoyen– fueron liberados ayer, ya que por lo pronto no existen pruebas que los involucren con el hecho. Gabino Sánchez tenía 52 años y hacía uno que administraba la Aduana provincial, donde había llegado luego de una gestión “intachable” en Colón, Entre Ríos, según explicó Ricardo Echegaray, director nacional de Aduana. Echegaray viajará hoy al Litoral para interiorizarse en la causa, luego de pedir ayer que se investigue el caso como un “asesinato por encargo”, ya que Sánchez había tomado en sus últimos días medidas administrativas contra un grupo de empresas de comercio exterior con Brasil que con documentos falsificados defraudaba al fisco nacional.

Los dos liberados estuvieron demorados preventivamente por la policía misionera desde el sábado, pero fueron excarcelados ayer en las primeras horas de la tarde. En principio no se corresponden con los identikits de los asesinos de Sánchez que confeccionaron su esposa y un vecino que habría visto a una persona sospechosa cerca de su casa antes del crimen. Tampoco habría pruebas que los involucren directamente con el caso, por el que otros tres sospechosos sí continúan detenidos.

La principal línea de investigación descarta el robo –los asesinos de Sánchez escaparon sin llevarse ningún objeto de valor– y apunta a un “crimen por encargo”. Así lo había pedido el director nacional de Aduana, Ricardo Echegaray, que hoy viajará a Misiones. Su idea es entrevistarse con el personal que estaba a cargo de Sánchez y con los investigadores policiales y judiciales. Y también con aduaneros brasileños y magistrados del Juzgado Federal de Eldorado, para conocer más detalles sobre una causa por irregularidades en el comercio internacional promovido desde Misiones hacia Brasil, que Sánchez denunció como fraudulento.

Días antes del crimen, Sánchez descubrió que una agencia de despachantes “perforaba el sistema informático de la Aduana y utilizaba el número de CUIT de una persona muerta”, lo que derivó en “la aplicación de medidas de suspensión sobre operadores de comercio exterior” de la zona fronteriza entre la Argentina y Brasil, explicó Echegaray. Más precisamente, en la frontera entre Bernardo de Irigoyen –la ciudad donde vivía y murió Sánchez–, y las localidades brasileñas de Dionisio Cerqueira y Barracao.

Gabino Sánchez fue asesinado en la noche del viernes pasado. Cuando se disponía a entrar a su casa, se le acercaron tres desconocidos, que lo obligaron a entrar a punta de pistola. Encerraron a su esposa e hijos en una habitación y dijeron que se trataba de un robo. Luego obligaron a Sánchez a ponerse contra el piso. Lo asesinaron de un balazo en la cabeza.