Martes, 11 de marzo de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › GREENPEACE MOSTRó EL EFECTO DEL CALENTAMIENTO GLOBAL EN EL GLACIAR VIEDMA
Las dos fotografías muestran un antes y después. En una de las imágenes, registrada en 1930, se ve un glaciar, mientras en la otra, tomada hace unos días, se ve el mismo glaciar casi desaparecido. Así, Greenpeace denunció ayer que el Viedma, en Santa Cruz, ha “retrocedido y puede desaparecer en las próximas décadas”, debido al calentamiento global. “Ese glaciar es un ejemplo de lo que está sucediendo con todos los glaciares de la Patagonia sur. En promedio, en los últimos veinte años perdieron entre el 10 y 20 por ciento de masa. Es una consecuencia del aumento de las temperaturas”, analizó ante Página/12 Rosario Espina, coordinadora de la Campaña Contra el Cambio Climático de la organización ambientalista.
Según estimaciones de Green-peace, “hechas en la comparación visual” de las fotografías, “el glaciar Viedma ha perdido en altura aproximadamente 50 metros y retrocedió cerca de 1 kilómetro en los últimos 70 años”. En el Instituto Argentino de Nieves, Glaciares y Ciencias Ambientales de Mendoza (Iniglia) advierten que el panorama es similar en todo el corredor de Los Andes. “Existen otros glaciares en la misma situación, pero lamentablemente nadie tomó una foto a principios de siglo para poder contrastarlas”, se lamentó Ricardo Villalba, director del Iniglia, entidad dependiente del Conicet que participó en la elaboración del informe.
El glaciar Viedma, ubicado a 30 kilómetros del monte Fitz Roy, es una masa de hielo de unos 575 kilómetros cuadrados. “Al igual que el resto de los glaciares –precisa Villalba–, se formó hace unos 21 mil años.” Integra el sistema de glaciares Campos de Hielos Patagónicos Sur, en Santa Cruz, un bloque de agua congelada de 13 kilómetros cuadrados entre la Argentina y Chile. “Los glaciares son un verdadero termómetro del cambio climático y el impactante estado del Viedma marca la tendencia que irreversiblemente tendrán si continúa el aumento de la temperatura global. Y los más pequeños podrían desa-parecer en los próximos teinta años”, advirtió Espina.
Las entidades, además, destacan sus funciones a favor del ambiente y la economía. “Cumplen funciones importantes: regulan los caudales de los ríos; proveen agua dulce donde la precipitación de nieve es reducida; contribuyen a la generación de energía eléctrica; y además, sirven para generar turismo, como sucede en El Calafate”, detalló Villalba.
Al mismo tiempo, reclaman fondos para estudiarlos. “Necesitamos apoyo económico para realizar un inventario de los glaciares que hay en el país, para saber qué cantidad de agua tenemos en ellos, para conocer el volumen que tienen, la velocidad de retroceso, y así saber cómo prepararnos frente al cambio climático”, señaló Villalba. “En el país faltan fondos para investigar el comportamiento de todos los glaciares”, coincidió Espina. Además, piden una ley nacional que los proteja.
En tanto, Juan Carlos Villalonga, director Político de Greenpeace, explicó, en diálogo con Página/12, que “es necesario implementar medidas que lleven a utilizar fuentes de energía alternativas, como la eólica, que reemplacen a los combustibles fósiles”. Y consideró que “se debe comenzar ya, puesto que la curva de la temperatura está ascendiendo de manera muy rápida”.
Además, Villalonga volvió a pedir que el Congreso apruebe una ley que promueva la eliminación de las lámparas incandescentes. “Esas lámparas son pequeñas estufas, porque la mayor parte de la energía que utilizan es para producir calor, mientras sólo una pequeña parte es para iluminar”, graficó Villalonga.
Informe: Esteban Vera.
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