Tres de los imputados por el secuestro del joven Ariel Perretta fueron indagados ayer por el fiscal federal de Morón Marcelo Fernández. Entre ellos, Miguel Muñoz, de 21 años (uno de los acusados del cuidado de Ariel durante los 16 días de cautiverio) fue detenido durante la mañana de ayer. En su declaración, Muñoz dijo ser inocente y acusó a su suegro, Julio “El uruguayo” Rosales, por el rapto. Mientras, la pareja de Muñoz, Jéssica, y la mujer de “El uruguayo”, Gabriela Ruiz, se negaron a declarar ante Fernández, quien dispuso que los tres procesados continuaran detenidos.

Muñoz fue apresado por la DDI de La Matanza en la casa de un familiar, ubicada a pocas cuadras de la vivienda donde Perretta estuvo cautivo. Para los investigadores, es uno de los dos hombres que en la noche del sábado pasado escaparon por los techos cuando el joven Perretta fue liberado en una edificación, ubicada en la esquina de Céspedes y Caseros.

El más chico de los hermanos Muñoz vivía en esa casa junto a Jéssica –detenida durante el rescate–, de 40 años, y Gabriela, de 36 años, también detenida durante la liberación. Muñoz, al declarar ante el fiscal Fernández, negó cualquier relación con el secuestro. Pero reconoció que sabía que su suegro, un ex preso, tenía a una persona cautiva.

Según fuentes, Muñoz dijo que nunca vio nada, porque vivía en otra casa del predio, ubicada delante de la vivienda donde estaba raptado Ariel, y porque se iba a trabajar “muy temprano y volvía muy tarde”. Muñoz aseguró, además, ser “un laburante” y negó haber sido el cuidador que mantuvo contacto con el joven secuestrado. “Estaba enmascarado pero jodíamos, era como una relación entre nosotros”, había contado Ariel tras su liberación.

Fuentes judiciales indicaron que Miguel Muñoz es el único de los cuatro hermanos Muñoz que tenía pedido de captura en la investigación. Además, aclararon que si bien todos son investigados, los hermanos Marcelo, David y José por el momento no están imputados.

Esos tres hermanos negaron el lunes en declaraciones a la prensa que tanto ellos como Miguel tuvieran algo que ver con el secuestro. José Muñoz, padre de los hermanos, contó que el único de sus hijos que no tiene antecedentes es Miguel. El mayor de los hermanos, Marcelo, dijo que la noche en que Miguel se fugó “tenía mucho miedo, estaba en estado de pánico”. Los Muñoz también acusaron al suegro de Miguel.

En tanto, Jéssica y su madre no declararon, según su abogado, José España, “porque estaban destruidas y muy mal anímicamente”. De acuerdo con España, sus defendidas “desconocían totalmente que en el departamento de atrás estuviera secuestrado el joven Perretta”. Y señaló que “más cerca de donde estaba Ariel, estaban los vecinos laterales y los del fondo, y ninguno escuchó nada porque si no, estarían declarando acusados de haber participado o tener conocimiento del delito”.

Por el caso, además de Miguel Muñoz, Jéssica Rosales y Gabriela Ruiz, están detenidos desde el comienzo de la investigación otros tres hombres con antecedentes por secuestro, entre ellos Gustavo Sayago, manager de grupos bailanteros. Los investigadores sospechan que la banda que actuó en el caso Perretta puede ser la misma que secuestró a Hernán Ianonne en 2006 y al empresario Franco Andreola el año pasado. El fiscal federal de San Martín, Jorge Sica, a cargo de la causa Ianonne, analiza llevar al joven al lugar de cautiverio de Perretta para realizar un reconocimiento del lugar.

Ariel fue liberado por la policía luego de 16 días de cautiverio en una casa de El Talar de Pacheco, partido de Tigre. El muchacho había sido secuestrado el 10 de abril por una banda cuando se dirigía a la fábrica de filtros para autos de su familia, en La Matanza.