Un caso de rabia humana transmitida por perros, el primero que se produce en el país desde 1994, fue confirmado por el ministro de Salud de Jujuy, Víctor Urbani. La víctima es un niño de 8 años que se encuentra en estado de “muerte cerebral” provocado por una “encefalitis irreversible”. Un experto en el tema, consultado por PáginaI12, consideró que los casos de humanos afectados por rabia al ser mordidos por animales domésticos –perros o gatos– son “muy graves desde el punto de vista sanitario”, dado que “las vacunas son muy baratas en el país y de fácil acceso, de manera que son casos que tendrían que estar totalmente bajo control”.

Distintos son los contagios provocados por animales silvestres, tales como murciélagos o ratas. El caso más reciente de rabia humana ocurrido en la Argentina fue en la provincia de Corrientes, en el año 2001, pero se produjo por la mordedura de un murciélago. Esta es una circunstancia que “no es fácilmente detectable para el sistema de salud –explicó la fuente consultada–. La rabia silvestre es una posibilidad difícil de controlar, pero la rabia ‘urbana’, provocada por animales domésticos, son casos vergonzosos para el sistema de salud, porque no tendrían que ocurrir.”

El caso más reciente de rabia humana, por mordedura de perros, se produjo en Tucumán, en 1994, y el anterior también en Jujuy, en el año 1984. De todos modos, los casos más cercanos en el tiempo fueron por mordeduras de animales silvestres y ocurrieron en 1997 en el Chaco y en 2001 en Corrientes.

El ministro de Salud de Jujuy confirmó ayer que un niño de 8 años que está internado en el Hospital de Niños Doctor Héctor Quintana contrajo la rabia luego de ser mordido por un perro. El niño, que vive con sus padres en el barrio Punta de Diamante, fue atacado por el can el 24 de abril de este año. Tras la mordedura, el nene fue llevado al hospital y recibió la primera dosis de la vacuna antirrábica. Con posterioridad, según el informe oficial, “no existe registro” de que lo hayan llevado sus padres los diez días siguientes, para que se completara el tratamiento. El ministro Urbani desligó de culpa a los profesionales de la salud y sostuvo que la responsabilidad quedó “en manos de los padres” del pequeño.