SOCIEDAD › EN BOSTON EXCOMULGAN A DOS MUJERES OBISPOS QUE ORDENARON A SACERDOTISAS

La Iglesia no quiere purpuradas

Integran la organización Mujeres Sacerdotes Católicas. Dos de las cuatro mujeres obispos que el Vaticano excluyó de la Iglesia ordenaron a otras tres, en un templo protestante. Ellas reclaman legitimidad ya que, dicen, fueron ordenadas por obispos varones.

La Arquidiócesis de Boston excomulgó ayer a dos mujeres obispos (u obispas), que ordenaron a tres mujeres como sacerdotes, un hecho que había provocado una fuerte reacción de rechazo en los miembros conservadores de la Iglesia Católica de esa ciudad, capital de Massachusetts. La ceremonia, llevada a cabo el domingo en un templo protestante de Boston, fue organizada por la agrupación Mujeres Sacerdotes Católicas y la oficiaron Dana Reynolds, de California, e Ida Raming, de Alemania. Reynolds y Raming son dos de las cuatro mujeres obispo que, según el Vaticano, por sus acciones se “han excluido de la Iglesia Católica”.

“La organización que se denomina Mujeres Sacerdotes Católicas no es reconocida como entidad por la Iglesia Católica”, afirmó en un comunicado la Arquidiócesis de Boston. “Los católicos que pretenden conferir una orden sagrada a una mujer, y las mujeres que intentan recibir una orden sagrada por sus propias acciones se separan de la Iglesia”, consideró la arquidiócesis.

Richard Erixon, vicario general de la curia en Boston, dijo que “la ordenación de hombres al sacerdocio no es, meramente, un asunto de práctica o disciplina dentro de la Iglesia, sino más bien parte del depósito inalterable de fe dado por Cristo a través de los apóstoles”. Según la versión oficial, todos los apóstoles eran hombres, sólo los hombres pueden ser sacerdotes y alcanzar el rango de obispos, que son los que tienen autoridad para ordenar sacerdotes.

“Nosotras apoyamos a estas mujeres”, expresó a la agencia de noticias EFE, Aisha Taylor, directora ejecutiva de la Conferencia por Ordenación de Mujeres, un grupo que promueve el sacerdocio femenino. “Estas mujeres dan un paso al frente, toman una posición pública de cara a la injusticia. A mí nadie puede decirme que soy o no soy católica, y por supuesto acepto la eucaristía consagrada por una de estas sacerdotes”, sostuvo Taylor.

Las mujeres, al recibir el sacramento del Orden Sacerdotal, no hicieron los votos de castidad y obediencia con que se obligan los sacerdotes hombres. Bridget Mary Meehan, portavoz del grupo Mujeres Sacerdotes Católicas, manifestó que el Vaticano está “tan enojado” con su organización porque la jerarquía “sabe que las ordenaciones son válidas”.

La legitimidad de estas ordenaciones proviene, según el grupo, del hecho de que obispos con todas las credenciales fueron los que ordenaron a las mujeres como sacerdotes que luego ascendieron hasta el obispado. La agrupación femenina no revela los nombres de los obispos que confirieron tal “orden sagrada” a las mujeres para protegerlos de castigos desde el Vaticano.

La ordenación sacerdotal fue rechazada por los conservadores miembros de la Liga de Acción Católica de Massachusetts, que en un comunicado publicado en Internet consideró que se trató de “una parodia sacrílega de la Orden Sagrada conducida en una iglesia protestante por un colección de apóstatas que se llaman católicas”.

No es la primera vez que se celebran estas ordenaciones sacerdotales en Estados Unidos, y Mujeres Sacerdotes Católicas anunció que habrá otra ceremonia similar en Lexington, Kentucky, en agosto.

Entre las aproximadamente 30 mujeres en Estados Unidos ordenadas sacerdote de esta forma y según las breves biografías ofrecidas por el grupo, se cuentan, al menos, una ex miembro de una orden religiosa, siete que son madres o abuelas, otras nueve que viven con su esposo, y dos que se declaran lesbianas.

Las nuevas sacerdotes son Gloria Carpeneto, de Baltimore; Judy Lee, de Florida, y Gabriella Velardy Ward, de Nueva York. Por su parte, Mary Ann MCarthy Shoettly, de Nueva Jersey, fue declarada diácono, un jerarquía que las mujeres tuvieron en los comienzos de la Iglesia por al menos un par de siglos. En la ceremonia, Lee señaló que llevaba un crucifijo de “Dignity”, una organización de católicos homosexuales. “Soy sacerdote para los pobres y los marginados. Y merecemos los sacramentos plenos de la Iglesia Católica”, sostuvo Lee.

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