La Sala II de Casación bonaerense rompió la monotonía de una condena perpetua y la redujo en más de un tercio, apostando a la libertad y a la inocencia. El dictamen de Casación favoreció al ya varias veces beneficiado ex médico policial Nicolás Chaín y ex condenado a perpetua por el asesinato de su ex mujer, Ana María Domínguez. Los jueces consideraron que Chaín no había sido el ideólogo del crimen –cometido el 10 de abril de 2000 por Carlos Sayavedra, empleado de la Colonia Cabred y conocido de Chaín–, que no había pagado a Sayavedra para que lo realizara y que simplemente era un cómplice en el asesinato, con lo que el delito de homicidio agravado por una promesa de pago pasó a ser homicidio simple. Y de perpetua pasó a 16 años.

Chaín había permanecido libre durante el juicio; el día de la condena, el 6 de julio de 2004, obviamente no concurrió y quedó prófugo, pero su defensa presentó un pedido de eximición de prisión que le fue concedido por el juez Roberto Bocca-cci, luego revocado mientras a Chaín lo buscaban debajo de los colchones. Lo detuvieron el 23 de agosto de 2005, trece meses después. Ahora le redujeron la condena.

El caso había desatado una muy fuerte polémica. Ana María Domínguez, ex esposa de Chaín, fue asesinada el 10 de abril de 2000 por Sayavedra, quien entró por los fondos de su vivienda, en Mercedes, la picaneó y luego la asfixió. El robo fue descartado rápidamente: salvo la vida de Domínguez, no faltaba nada. En la investigación se acreditó que Chaín había pagado mil pesos por el crimen. Sayavedra llegó al juicio detenido, pero Chaín quedó eximido de prisión. El médico no llegó al juicio por el simple hecho de que no se quedó a esperar la lectura de la condena. Condenado a perpetua, sus abogados pidieron la eximición que, sorprendente, le fue concedida en la primavera de Boccacci. Trece meses después fue detenido. El entonces ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, pidió su juicio político, que finalmente se cumplió. Boccacci salió airoso.

Ahora los jueces de la Sala II de Casación bonaerense, Jorge Celesia, Francisco Luis María Manzini y Carlos Mahíque, consideraron que Chaín no fue el autor intelectual del crimen de su ex mujer, sino que actuó como “cómplice”, y le redujo significativamente la condena.