SOCIEDAD › ESCASEZ DE GAMMAGLOBULINA ANTITETANICA EN LAS FARMACIAS

A vacunarse que falta suero

El suero antitetánico, que se indica ante heridas profundas sufridas por personas no vacunadas, está en falta en la mayoría de las farmacias. Se trata de un problema mundial, por falta de donantes calificados de plasma. Recomiendan vacunarse cada diez años.

 Por Pedro Lipcovich

Falta suero antitetánico en las farmacias: el déficit tiene causas internacionales y nacionales y estas últimas señalan carencias y errores en los hábitos sanitarios de la comunidad, en aspectos tan diversos como el incumplimiento de los esquemas de vacunación en adultos –¿cuántos son los que se inmunizan cada diez años contra el tétanos y la difteria?–, el uso indebido de medicamentos –suele indicarse suero antitetánico sin necesidad– y la falta de donantes de sangre voluntarios habituales –que redunda en carencia de plasma para elaborar suero antitetánico y otros productos–. En tanto, la campaña de vacunación contra la rubéola para varones dio resultados sólo parciales en varias jurisdicciones –como la ciudad y la provincia de Buenos Aires– y deberá retomarse en marzo (ver recuadro).

La gammaglobulina tetánica inmune humana –comúnmente denominada suero antitetánico– es comercializada en la Argentina por dos laboratorios, que la expenden junto con la vacuna antitetánica: Gador la expende bajo el nombre Gammatet, y Baxter como Tetabulín. Juan Pablo Ambar –gerente de comunicación de Baxter– admitió la falta en farmacias y señaló que “el faltante se registra a nivel mundial. Las gammaglobulinas son derivados plasmáticos, obtenidos a partir de donaciones de sangre humana. Hay varios centros de recolección de plasma en el mundo, que operan con donantes calificados y testeados periódicamente para verificar la calidad de su plasma sanguíneo, y las limitaciones en la provisión se registran en todos los derivados plasmáticos”. También un representante de Gador reconoció que “hay limitaciones en la importación del producto”, si bien señaló que “aunque en menor cantidad, no hemos interrumpido el suministro”.

Eso, por el lado de la oferta. Por el lado de la demanda, “hay una sobreutilización: la Argentina puede ser el país que, proporcionalmente, usa más gammaglobulina antitetánica”, advirtió Jorge Zarzur, titular del Programa Nacional para la Producción Pública de Medicamentos del Ministerio de Salud y ex director del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba. “En la mayoría de los países –explicó–, la protección contra el tétanos se obtiene por vacunación; sólo ante accidentes muy importantes, y luego de evaluar la inmunidad del accidentado, se aplica la gammaglobulina antitetánica.”

Zarzur señaló que, efectivamente, “la gammaglobulina antitetánica es escasa en el mundo, ya que la disponibilidad de plasma tiende a derivarse a la elaboración de gammaglobulina endovenosa, que tiene cada vez más aplicaciones clínicas”. En el Laboratorio de Hemoderivados cordobés, “se fabrica gammaglobulina antitetánica, destinada básicamente a las necesidades de hospitales públicos, pero la producción está acotada por la escasez de plasma”.

–¿Esta escasez se vincula con la falta de donantes de sangre voluntarios habituales? –preguntó Página/12.

–Así es –contestó Zarzur–. Si en la Argentina hubiera más donantes solidarios habituales, parte de ellos podría ingresar a programas de vacunación reiterada contra el tétanos; así su plasma, con altos niveles de anticuerpos, podría destinarse a elaborar gammaglobulina antitetánica.

Pero si alguien sufre una herida y no está vacunado, ¿puede contar con el suero antitetánico en la Argentina? “Sí –contestó Juan Carlos Bossio, director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación–. La necesidad de gammaglobulina antitetánica se da muy puntualmente, en casos graves: suelen atenderse en los hospitales, que tienen mecanismos ágiles para obtener este tipo de insumo dentro de los plazos debidos.” El funcionario –que también es profesor de Epidemiología y Salud pública en la Universidad Nacional del Litoral– explicó que “la gammaglobulina antitetánica sólo debe aplicarse en casos de heridas muy masivas, grandes, profundas, muy contaminadas por detritos, en personas que no estén protegidas por la vacuna”.

Bossio recordó que “el calendario de vacunaciones incluye la ‘doble adulto’, contra el tétanos y la difteria, que se aplica cada diez años a partir de los 16, pero es muy común que las personas no la cumplan. Esta vacuna está disponible en forma gratuita en los servicios de salud de todo el país”.

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Con la vacuna antitetánica, aplicada cada diez años, no hace falta usar el suero ante una herida.
Imagen: Martín Acosta
 
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