Las agujas del tacómetro del Chevrolet Astra quedaron fijas en 180 kilómetros por hora, lo que se convirtió en prueba más que suficiente para confirmar el exceso de velocidad de ese automóvil en el que viajaban seis jóvenes y que, tras rozar el guardabarros de otro, se estrelló contra un árbol el domingo a la mañana en la ciudad bonaerense de General Lamadrid. El dato lo ratificó el propio intendente, Carlos Pellita, que además admitió que “alguna responsabilidad” le cabe en la tragedia, ya que “los controles policiales por ahí no son lo rigurosos que deberían ser”. Los restos de todos los ocupantes del vehículo –ninguno sobrevivió al choque– fueron despedidos ayer por más de mil personas en el cementerio municipal.

El jefe comunal remarcó que se hacen inspecciones de alcoholemia “periódicamente” y “hay patrulleros en la puerta de cada uno de los boliches”. En tanto, aún aguardan los resultados de las pericias para determinar si el joven conductor del Astra –tenía 18 años– estaba alcoholizado.

“La juventud de Lamadrid comete excesos como en todos lados”, sostuvo el intendente justicialista, luego de confirmar que los chicos son “todos muy conocidos” en la ciudad. “Somos una comunidad pequeña, está de luto el pueblo entero, el que no es pariente, es amigo”, indicó. No bien supo del siniestro, decretó duelo en la ciudad durante 48 horas. El accidente ocurrió cerca de las 6 del domingo, cuando los seis jóvenes volvían de un boliche ubicado en las afueras de la ciudad.