“¡La pucha que vale la pena ser travesti en Bolivia!”, exclamaron integrantes de ese grupo poblacional: en las fotos para las cédulas de identidad, se les permitirá mantener la imagen de género que hayan elegido; hasta ahora, “los policías me exigían que me lavara la cara, que me peinara como hombre y que me pusiera una corbata”, graficó una travesti de apellido Colquechambi Tórrez. El cambio se logró gracias a la intervención de Patricia Flores, defensora del Pueblo de Bolivia, ante la Dirección de Identificación de la Policía Nacional, que provee de cédulas de identidad a todos los bolivianos. La funcionaria observó que, mientras regía la normativa anterior, “el 80 por ciento de las 400 personas registradas en la Organización de Travestis, Transgéneros y Transexuales Femeninas de Bolivia (Otraf) había renunciado a su carnet de identidad”.