Alrededor de mil turistas fueron evacuados ayer de Aguas Calientes, entre ellos más de 200 argentinos, que terminaron el día en Cuzco. Algunos estarán volviendo a Argentina esta mañana, en uno de los dos aviones de la Fuerza Aérea nacional que ayer llegaron a Perú para colaborar en el rescate. “Mejoramos mucho”, evaluó, desde el aeropuerto de Cuzco, el embajador argentino, Darío Alessandro, en diálogo con Página/12, mientras aguardaba la llegada de uno de los helicópteros provenientes de la zona de desastre. Horas antes, el propio Alessandro había viajado al lugar “para ver con mis propios ojos lo que pasaba, hablar con la gente, explicarles qué se estaba haciendo”. Desde el teatro municipal cuzqueño, convertido para la ocasión en centro de operaciones provisorio de la representación diplomática argentina, el cónsul general adjunto, Gabriel Volpi, hacía un relevamiento de los recién llegados, que habían convertido el hall del lugar “en un centro de charla de jóvenes que se intercambian experiencias de Machu Picchu”.

El gobierno peruano estimaba que hoy, si el clima lo permite, terminaría la evacuación de los aproximadamente 1200 turistas que en la noche de ayer permanecían en Aguas Calientes. Una vez que termine el rescate de los visitantes, los habitantes de la región deberán hacer frente a un panorama que empieza a mostrar datos desoladores. Aun cuando las autoridades locales hayan anunciado que la ciudadela sagrada de Machu Picchu volvería a ser abierta este fin de semana en caso de que cesen las lluvias, se desconoce cuándo volverá a ser utilizable la vía férrea, una falencia que haría grave mella en la economía del sector turístico más rentable del país. Además, los campesinos damnificados en la región desde el comienzo de los temporales suman más de 13 mil.

Las lluvias en la región fueron intermitentes, con lo que los helicópteros pudieron realizar un trabajo más bien continuo a lo largo de toda la jornada. En uno de ellos, el embajador Alessandro, quien en la madrugada había viajado desde Lima hasta Cuzco, llegó a Aguas Calientes. “Quería ver con mis propios ojos cuál era la situación”, explicó a este diario al regresar a Cuzco. “Vi que estaba bastante ordenada y que el trabajo de rescate es encomiable, no podría hacerse más rápido ni mejor. Hay cadenas de montañas a ambos lados del camino, los helicópteros deben pasar por una suerte de pasillo de 150, 200 metros, con nubes, y lluvia, como nos pasó a nosotros en parte del trayecto.” Una vez en el poblado, Alessandro vio que había “una cola como de 500 personas, que son los que están primeros para salir”, y habló con gente que duerme en el tren, “pero no pude llegar a la plaza, donde vi que también había mucha gente”. A todos “los vi bien, de buen ánimo”.

Las autoridades peruanas estimaban que a los pies de Machu Picchu permanecían ayer unas 1200 personas. Y es que, a medida que el operativo de evacuación avanza y la superpoblación del poblado se descomprime, quienes permanecían forzosamente en el último tramo del Camino del Inca comienzan a bajar, para esperar su turno de subir al helicóptero. “Todo el tiempo aparece más gente, pero ahora sí es más la cantidad que sale de Aguas Calientes que la que llega.” Quienes sean evacuados a lo largo de la jornada de hoy serán jóvenes y argentinos, según las autoridades encargadas del operativo. “Lo dicen también los propios delegados de las delegaciones armadas por país en Aguas Calientes –precisó Volpi–: el 80 por ciento de quienes queden para mañana (por hoy) son argentinos.”

Al promediar la tarde, a Cuzco habían llegado 215 argentinos, pero se esperaba sumar algunos más al final del día. Una vez allí, tras ser recibidos por Alessandro (“sólo estuve cuarenta minutos en Aguas Calientes”), se encontraban con el cónsul general adjunto, Volpi, y personal administrativo de la embajada en la sede improvisada en pleno teatro municipal cuzqueño, donde también se dispuso una mesa con “chocolates, panetone, galletitas saladas” enviadas por la representación local de una empresa argentina de golosinas y alimentos. Daban su nombre para el relevamiento, explicaban si tenían alojamiento reservado en Cuzco o no y cuáles eran sus necesidades logísticas desde Lima. Volpi explicó a este diario que “alguna gente tenía reservas en hostels acá”, mientras que, como aclaró Alessandro, “un 40 por ciento tenía posibilidad de seguir viajando hacia Argentina u otros destinos por sus propios medios. El resto no, y eso es lo que buscamos solucionar. Por eso les preguntamos cómo piensan seguir una vez en Lima”. A las 6 de la madrugada de hoy (hora peruana), los primeros 60 pasajeros argentinos saldrán a bordo del Hércules C-130, que luego retornará a Cuzco para continuar haciendo el puente aéreo. El Fokker F-28, por su parte, transportará a quienes lo precisen desde Lima hasta Argentina, donde podría estar llegando a las 11. En tanto, para la madrugada de hoy se aguardaba el arribo a Ezeiza de Romina Campos, la amiga de la joven fallecida tras el alud. El cuerpo de Lucía Ramallo estaría también llegando hoy a Argentina, aunque su traslado dependía de una serie de trámites. Las cifras oficiales indican que en Aguas Calientes permanecían unos 50 uruguayos, 500 argentinos, 300 chilenos, 120 brasileños y 25 españoles.