Viernes, 29 de enero de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › INAUGURARON EN VILLA GESELL UN BALNEARIO PARA PERSONAS DISCAPACITADAS
Por Emilio Ruchansky
Desde Villa Gesell
Al lado del muelle de pescadores de Villa Gesell podía verse ayer a un bañero parado a la orilla haciendo una especie de marca personal a tres jóvenes que jugaban en el mar con el agua hasta la cintura. “Ellos pueden meterse hasta donde los deje él”, aclaraba Florencia Fritzler, maestra de la Escuela Especial 501 de esta ciudad, que relojeaba desde una sombrilla a pocos metros de los chicos. A su lado estaba su compañera Leticia García junto a otros tres chicos con capacidades diferentes que gozaban del sol de la mañana en esta “playa integrada”, la primera del país. Gimena, una niña con un leve retraso mental, confesaba que solía ir a la playa con su tía pero prefería a las maestras. “Mi tía es muy guardabosque”, justificó. La playa, que es municipal y de acceso gratuito, queda sobre la calle 128, junto al cuartel de la Cruz Roja local. Allí, un cartel colocado el 15 de enero, durante la inauguración, informa que hay sillas anfibias (son tres en total) para que los chicos con problemas motores puedan meterse en el mar con ayuda de un guardavidas, un aspirante de la Cruz Roja y una rampa que les facilita el ingreso. Además hay cuatro carpas disponibles a 50 metros del mar para las personas con necesidades especiales y sus familiares. Están armadas sobre un piso de madera, detrás de la medianera de la oficina de los guardavidas.
Marcelo Zulkovsky, uno de los guardavidas de esta playa, le contó a Página/12 que desde la apertura hubo muchas consultas de distintas escuelas y organizaciones del conurbano bonaerense y de Capital. Se acercaron personas con discapacidad motora, con problemas de obesidad, con dificultad para caminar y también de la tercera edad. “Hace unos días llevamos a una abuela de 80 en el cuatriciclo –cuenta– y estaba feliz de la vida por acercarse al agua. Es que mucha gente mayor dejó de venir a la playa después de sufrir accidentes o pasar un mal rato por tener que movilizarse.”
En el caso de quienes se movilizan en sillas de ruedas, comentó el guardavidas, se dieron las situaciones más emocionantes. “Nosotros, por precaución, los entramos al agua de espaldas con la silla anfibia. Pero hubo muchos que nos pidieron que los entráramos de frente para que les peguen las olas en la cara. Algo que para el resto puede resultar molesto, para ellos en un placer inmenso. Y ver esa alegría en alguien para nosotros es impagable”, señaló Zulkovsky.
¿Cuánto tiempo los dejan estar en el agua?, le preguntó este cronista. “Normalmente diez o quince minutos, pero ellos piden salir”, respondió. En esta playa se presta servicio desde las 9 a las 13 y de 15 a 19. Por la tarde, suele haber juegos organizados por el Centro de Educación Física (CEF), como parte del programa “escuelas abiertas en verano”. Si no hay espacio en las carpas, Noctiluca, el balneario de al lado, uno de los pocos en el país que cuenta con la certificación IRAM 42100, presta algunas sin costo alguno. Y por supuesto, también tiene rampas para facilitar el acceso.
La cercanía de la Cruz Roja, sede del Operativo Seguridad en Playa, complementa el servicio en caso de emergencias. Allí funciona la escuela de aspirantes y al lado está la enfermería del hospital municipal, que ofrece varios servicios de salud. En paralelo al mar, entre la oficina de la Cruz Roja y el muelle de pescadores, se extiende una rambla de madera donde por la tardes varias personas en sillas de ruedas se juntan a ver las olas y tomar sol. De los tres guardavidas que trabajan en la playa integrada, uno está completamente dedicado a la atención de las personas con capacidades diferentes.
La idea de hacer esta playa provino del Area de Atención de Personas con Necesidades Especiales (Arpnes) y fue ejecutada por el intendente Jorge Rodríguez Erneta. El jefe comunal contó que se están instalando carteles impresos en sistema Braille en los postes de señalización con indicaciones de cada lugar y la orientación hacia la playa, el hospital y las comisarías.
El delegado regional del Inadi, Pablo Roma –quien asistió a la inauguración–, aseguró que en estas iniciativas “uno ve que el trabajo que va desarrollando durante años, un trabajo cultural, de conciencia, que la gente acepte al otro, es un trabajo que va penetrando”. Roma reconoció que la discriminación es básicamente un problema de desigualdad social y exclusión. “No olvidemos que discriminación y exclusión van de la mano: un chico discapacitado es discriminado y si es pobre, es doblemente discriminado”, señaló.
“Tenemos que ser lo suficientemente conscientes para admitir que el principal agente discriminador es el Estado –agregó el funcionario– y no éste u otro gobierno. Es el Estado que todavía, a esta altura de la historia, permite que una parte de la sociedad tenga menos derechos que otra.”
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