Martes, 9 de marzo de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › EL GOBIERNO ANUNCIó QUE CAMBIARá LA LEY DEL SERVICIO DOMéSTICO
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Presidenta firmó un proyecto de ley para adecuar los derechos de las empleadas de casas particulares con los del resto de los trabajadores. El detalle del nuevo régimen.
El Gobierno enviará al Congreso un proyecto de ley que establece un nuevo régimen de contrato de trabajo para el personal de casas particulares (que deja de llamarse de “servicio doméstico”). La normativa propuesta equipara sus derechos a los de los restantes trabajadores y les otorga la relación de dependencia, no importa cuántas horas semanales se desempeñen en el domicilio de su empleador. Bajo el sistema actual –fijado por un decreto de 1956–, sólo tienen relación de dependencia quienes trabajen por lo menos cuatro horas diarias, cuatro días a la semana, y las indemnizaciones por despido son muy inferiores a las de los restantes trabajadores. La normativa también regula las horas de descanso para quienes trabajen “cama adentro”. El proyecto de ley fue anunciado por la presidenta Cristina Fernández en su discurso por el Día Internacional de la Mujer.
El proyecto propone la derogación del régimen establecido en 1956 por el decreto 326 de la dictadura militar que gobernaba en ese entonces. “El objetivo central es poner a este sector en las mismas condiciones que el resto de los trabajadores”, destacó Carlos Tomada, ministro de Trabajo de la Nación. El nuevo régimen incluye la licencia por maternidad, tal como lo establece la Ley de Contratos de Trabajo, y la estabilidad en el empleo, al equiparar las indemnizaciones con las que rigen para los trabajadores en general. Además, el personal de casas de familia queda incluido en el régimen de asignaciones familiares, del que estaba excluido.
La normativa propuesta otorga la relación de dependencia a todos los trabajadores en casas particulares, con independencia del número de horas semanales de dedicación. En cambio, el estatuto todavía en vigencia exige que la persona trabaje un mínimo de cuatro horas, a lo largo de un mínimo de cuatro días semanales, para que se la considere en relación de dependencia.
Las indemnizaciones por despido se equiparan con las del resto de los trabajadores –actualmente son muy inferiores– y se instituye la licencia por maternidad. Hasta ahora estos trabajadores y trabajadoras sólo tenían 30 días pagos de licencia por enfermedad al año.
Quienes trabajen sin retiro –“cama adentro”–, tendrán un descanso de 35 horas continuadas, de sábado a lunes. Contarán con licencia por vacaciones, por enfermedades y accidentes. Está previsto un régimen de cobertura de riesgos con las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART). Durante los días de trabajo, el descanso incluye ocho horas de sueño, dos horas de descanso a mediodía y los lapsos necesarios para el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. El régimen antiguo se limita a requerir 12 horas de descanso diario, que incluso puede interrumpirse por razones como “acontecimientos familiares”. Es que “la lógica del sistema anterior implicaba la idea de una mujer que daba su vida por sus patrones, que estaba todo el tiempo para servirlos”, observó Tomada.
Las personas de 16 a 18 años podrán trabajar en casas particulares, pero a condición de que el empleador garantice la “terminalidad educativa”, es decir, que continúen o concluyan la escolaridad obligatoria, que actualmente incluye el ciclo secundario.
El proyecto incluye también deberes específicos para el trabajador, especialmente en cuanto a la inviolabilidad de los secretos o informaciones del empleador y su familia en materia política, religiosa o moral.
Una vez aprobada la ley, se prevé un período de 180 días para que los empleadores registren a sus trabajadores. Por ejemplo, para un trabajador que se desempeñe cuatro horas, un solo día por semana, el monto mensual de aporte, a valores actuales, sería de aproximadamente 20 pesos, que en principio se repartirían entre el trabajador y su empleador. El régimen incluirá también a quienes se desempeñen en casas particulares dedicados al cuidado de personas enfermas o ancianas, a menos que esa atención requiera un nivel terapéutico profesional.
Alrededor de un millón de personas se desempeñan en casas particulares; el 98,5 por ciento son mujeres. Casi el 77 por ciento tiene un solo empleador; sólo el 26 por ciento trabaja “con cama adentro”. Y el 55 por ciento trabaja más de cuatro horas semanales. “El 90 por ciento está en negro”, advirtió el ministro Tomada.
El proyecto fue anunciado por la presidenta Cristina Fernández, en oportunidad del Día Internacional de la Mujer: “Quiero eliminar la palabra doméstico porque de domesticar se habla para los animales y es una afrenta para la condición humana”.
Según Tomada, “este proyecto es el primero de un conjunto destinado a los colectivos más vulnerables, que incluirá a los trabajadores rurales, los trabajadores a domicilio y el teletrabajo”.
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