Durante casi diez horas, en un departamento del sexto piso de un edificio ubicado en Aráoz al 1900, en el barrio de Palermo, la tensión fue una sensación compartida entre quienes estaban en su interior y los que permanecían afuera cercando el lugar. Luego de ingresar a robar en el edifico alrededor de las 6.30, cuatro asaltantes armados se atrincheraron en uno de los departamentos, donde tomaron como rehenes a la portera y a su familia. Los asaltantes permanecieron por casi diez horas en ese domicilio y en medio de una extensa negociación con la policía salían al balcón a gritar sus reclamos. Minutos antes de las 16 y cuando sus familiares llegaron al lugar, se entregaron y terminaron por liberar a dos rehenes de los cuatro con los que se había originado la toma. Nadie resultó herido. Para la policía y la Justicia, el hecho resulta un tanto extraño y algunos de sus elementos llamativos: “Demasiados asaltantes para un robo de esa magnitud, en el que además se está investigando si podría haber más personas implicadas, algo que se desprende de la intervención de los teléfonos”, señaló a Página/12 una fuente cercana al caso. Otro de los puntos que hacen ruido es el horario elegido, recién entrada la mañana.

Según la primera información que manejaba la policía, guiados por el dato de que en la portería había dinero por el cobro de las expensas, alrededor de las 6.30, cuatro hombres de entre 19 y 25 años interceptaron a la encargada del edifico de Aráoz 1947, llamada Dora, cuando baldeaba la vereda. Luego de revolver todo y tomar algunas de las pertenencias de la mujer, los asaltantes advirtieron que había llaves de algunos departamentos y decidieron ir por más, por lo que llevaron a la portera al sexto piso, donde vive su hija, con su esposo y su nieta. Al escuchar los ruidos de la encargada, uno de los vecinos llamó al 911 y poco después se presentaron en el lugar efectivos de la comisaría 21ª. Los policías encontraron la puerta del departamento de Dora abierta y todo desordenado, por lo que revisaron el edificio y en un primer momento nada encontraron.

Ante la sospecha de que los hombres estuvieran escondidos en el departamento del sexto piso donde vivía la hija de la mujer, el fiscal de instrucción porteño Juan Andrés Necol solicitó una orden de allanamiento y el juez Javier Ríos otorgó la medida alrededor de las 9. Con la orden en su poder y una vez en el lugar, el personal de la comisaría 21ª advirtió que entraría allí y es en ese momento cuando los asaltantes respondieron impidiendo con amenazas el ingreso. Así, casi entrado el mediodía, comenzó la negociación, que luego continuaría a cargo del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) con el negociador “Pablo”, que mantuvo la conversación a través del balcón del departamento, donde de tanto en tanto los hombres se mostraban con los rehenes y mostraban sus armas.

Según explicaron fuentes judiciales a este diario, algunas dudas sobrevuelan el caso. Por ejemplo, el horario del robo: demasiado temprano. Además, un dato que llama la atención es la cantidad de personas –cuatro detenidos– involucradas en el robo, aunque “se está estudiando si hay más personas involucradas que hayan operado desde afuera, algo que se investiga a partir de la intervención de los teléfonos”.

La primera información indica que los hombres habrían llegado al lugar tras el dato de que allí estaba el dinero de las expensas. “Esto se está investigando y de ser así puede que haya habido un entregador”, indicó la fuente del caso. De hecho, a los hombres se “les secuestró una suma de alrededor de 10 mil pesos de las expensas y ahorros de la familia”, informó.

También se está investigando si este episodio tiene algún tipo de relación con el robo a un estacionamiento ubicado a unas pocas cuadras de la toma (ver aparte) y con una salidera bancaria de una sucursal del banco Santander Río situada en inmediaciones de Corrientes y Aráoz. Si bien los hechos sucedieron en forma simultánea a la toma de rehenes, aún no se descarta una presunta vinculación. El caso no deja de resultar extraño para los investigadores. Mientras la policía continúa con la investigación, el juez Ríos indagará mañana a los asaltantes.