Una banda de piratas del asfalto que poseía una poderosa y especializada estructura, que incluía especialistas en electrónica, fue desarticulada en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, donde se realizaron operativos en los que quedaron detenidas 31 personas. Una de las particularidades de la banda era que no cometía atracos por valores inferiores a los 250 mil pesos. Se realizaron unos 50 allanamientos en varios barrios porteños y del Gran Buenos Aires y los sospechosos fueron puestos a disposición del fiscal Facundo Flores, del departamento judicial de Zárate-Campana.