SOCIEDAD › CUESTIONAMIENTOS EN LA CONFERENCIA SOBRE CAMBIO CLIMATICO DE CANCUN

El ALBA critica a los poderosos

El encuentro fue sombrío por el riesgo de que el Protocolo de Kioto no sea renovado en 2012, de que varios países se retiren y un segundo fracaso quiebre la posibilidad de retroceder en la cuestión del recalentamiento global.

Los miembros del ALBA denunciaron, en la Conferencia sobre Cambio Climático de Cancún, el riesgo de que los países desarrollados se nieguen a renovar el Protocolo de Kioto, firmado en 1997 y que expira en 2012. La advertencia ilustra el sombrío tono en que se desarrolla la Conferencia, en la que no sólo es difícil vislumbrar avances, sino que se plantea el riesgo de retroceder en acuerdos que puedan hacer frente al calentamiento global. Japón anunció su propósito de retirarse del Protocolo, postura a la que podrían sumarse Rusia y Canadá; Estados Unidos nunca lo ratificó. El representante brasileño advirtió que “si se producen dos Conferencias seguidas sin resultados (aludiendo a la que fracasó el año pasado en Copenhague), se pondrá en riesgo la posibilidad misma de negociación multilateral en este tema”. Subsiste, en cambio, la posibilidad de acuerdos en aspectos específicos, como la creación de un “Fondo Verde” y el mayor acceso a tecnologías no contaminantes para los países pobres. Ayer empezaron a llegar los ministros de Ambiente de distintos países para la fase decisiva de la Conferencia, que finaliza el viernes.

Los países ricos “están volviendo a las posiciones extremas que tuvieron en la noche horrífica de Copenhague”, sostuvo la representante de Venezuela, Claudia Salerno, flanqueada por los representantes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y la caribeña Mancomunidad de Dominica. La Conferencia de Copenhague, en diciembre de 2009, se proponía definir un acuerdo mundial a partir de 2012, fin del primer período del Protocolo de Kioto, pero no fue más allá de un texto no vinculante, que plantea reducir el alza de la temperatura global en dos grados pero sin especificar cómo. El acuerdo –impulsado a último momento por Barack Obama, presidente de Estados Unidos– fue firmado sólo por 140 naciones, de las 193 reunidas. En Cancún, el debate consiste en cómo transformar esa expresión de deseos en compromisos mensurables y monitoreables.

El representante boliviano en Cancún, Pablo Solón, advirtió que “varios países plantearon que no va a haber un segundo período del Protocolo de Kioto”. Japón anunció explícitamente su propósito en ese sentido, y se menciona también por lo menos a Rusia y Canadá. El Protocolo de Kioto fue firmado en esa ciudad japonesa en 1997, y establece compromisos de reducción de emisiones para los países de- sarrollados. Este acuerdo no incluye a los dos mayores emisores del planeta, Estados Unidos –que nunca lo ratificó– y China, que, por ser un país en desarrollo, no está obligada por él. Este es el principal argumento de Japón para no seguir aceptándolo. En contrapartida, muchos países en de-sarrollo defienden el Protocolo como el único instrumento que impone a los países industrializados objetivos de reducción de gases de efecto invernadero.

Sergio Serra, representante de Brasil, advirtió que “si tenemos dos Conferencias seguidas sin ningún resultado en el mismo debate, estamos poniendo en riesgo la totalidad del ejercicio de negociación acerca del cambio climático, y esto es muy malo porque no se vislumbran alternativas”.

Los negociadores mantienen expectativas de lograr acuerdos en asuntos menos comprometidos. Uno de ellos es la creación de un “fondo verde” destinado a ayudar a los países más pobres a reducir emisiones y adaptarse al cambio climático; en la Conferencia de Copenhague, los países ricos prometieron aportar cien mil millones de dólares anuales en 2020. Otro acuerdo posible es facilitar el acceso de los países en desarrollo a tecnologías menos contaminantes, incluyendo la creación de organismos para la transferencia tecnológica. También se podría agilizar un plan para que los países en desarrollo reciban compensación monetaria por preservar sus bosques y selvas tropicales.

Los países en desarrollo requieren también que se cree un “comité de adaptación”, para impulsar medidas que reduzcan los efectos de deterioros ya producidos o

inevitables. Hasta ahora, las negociaciones han priorizado la mitigación, es decir, procurar impedir o mitigar los cambios perjudiciales. Ayer empezaron a llegar los ministros de Ambiente de distintos países para la fase final de la Conferencia, que finaliza el viernes.

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La Conferencia en Cancún estuvo rodeada de protestas ecologistas.
Imagen: EFE
 
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